Hola, soy bético y quiero disfrutar con mi equipo
Estas líneas no van dirigidas a nadie en concreto y a todo el mundo en general, pero llegados a este punto de una nueva temporada inundado en la mediocridad, necesito gritar a los cuatro vientos que quiero disfrutar con el Betis, no solo con el orgullo que siento de ser bético, si no con la sensación, casi olvidada, de volver a ser un equipo respetado y competitivo.
Duele no ser nadie, duele ser comparsa, duele solo sacar pecho por la grandeza de la afición, duele ver que los años pasan y nada cambia. ¿Como se arregla esto? No lo sé, lo que si sabemos es como no se arregla. No se arregla fichando a entrenadores vulgares, no se arregla fichando a futbolistas sin ADN competitivo, que nada tiene que ver con la calidad, no se arregla dejando la cantera en manos de las mismas personas que llevan muchos años con un balance mediocre y no se arregla con mandatarios que no les corra sangre por su venas. La buena gestión es necesaria, pero lo que es imprescindible es transmitir ambición e inconformismo.
Ningún bético va a pedir ganar títulos de entrada si ve que su equipo compite en todos los partidos como en su campo contra el Barça y fuera como compitió en el Bernabéu. Es así de fácil, ambición, carácter, ganas de hacer algo grande, ganas de ganarse el respeto de una afición que quiere volver a ser féliz.
El que viene a este club debe saber que viene a un sitio que si lo das todo se te multiplica por mil y solo con eso debería de ser suficiente para que directivos, directores deportivos, entrenadores y futbolistas nos tratara con un respeto que se nos niega semana tras semana.
Duele este equipo y duele tanto o más como dada la mediocridad del Betis es muy fácil encontrar argumentos para golpearnos ya sea desde la prensa, árbitros, equipos, y los mismos béticos. Lo último ya es que algo que surgió como un gesto generoso, amparar el baloncesto, se vuelva en otra arma arrojadiza. Y todo esto se produce por una razón, estamos sumidos en la mediocridad y nadie nos saca de ella, ni mandatarios, ni entrenadores, ni jugadores.
Hace falta una catarsis y hacer un plan de empresa en lo deportivo serio, pensando en tres años, con una primera piedra imprescindible, un buen entrenador, y con una política de fichajes pensando con ambición. Más vale poco y bueno e ir creciendo desde la base y apoyando la cantera, que lo de estos últimos años, que es la más absoluta indecencia en lo deportivo.
Soy bético y quiero disfrutar con mi equipo, nos lo merecemos.