Mal postre tras una buena comida
Eso han sido para mí estos tres últimos partidos de liga, un mal postre tras una buena comida. Una vez conseguido el objetivo, el equipo se ha descompuesto, y nos ha hecho terminar con un mal sabor de boca.
La temporada ha sido buena, no puede catalogarse de otra manera quedar sexto siendo el décimo presupuesto de primera. Ha habido dos grandes borrones, la eliminación de Copa y esos partidos de liga de alrededor (Eibar, Las Palmas) y los tres últimos partidos de liga. Quitando esas dos rachas, el Betis no le ha perdido la cara a nadie, ha podido ganar a casi cualquiera y ha vuelto a ser un equipo respetado dentro y fuera del campo.
Para explicar esta última racha hay que entender dos cosas: la primera que es muy difícil mantener la tensión competitiva al máximo y la segunda, y no menos importante, las lesiones. Hemos jugados los últimos partidos sin Junior, ahora mismo titular indiscutible, prácticamente sin Guardado, el cerebro del equipo, y con Pedro, nuestro tercer portero. No perdamos de vista esto último, porque me parece decisivo. El bueno de Pedro está a años luz de Dani y Adán, y se ha notado, no ha hecho prácticamente ninguna parada y ha dotado a la defensa de una inseguridad que parecía olvidada.
Ahora vendrá la época de los rumores de altas y bajas y la de aguantar a los de la cera de enfrente que soportan mal que volvamos a quedar por encima de ellos. El beticismo a lo nuestro, confiar en Serra y Setién que la temporada próxima pasen de una buen temporada, para nada histórica ni increíble, simplemente buena, a una temporada excelente, y eso es meterse en Champions y luchar por las últimas rondas en Copa y Europa League. Si seguimos la línea empezada esta temporada, è una possibilità.
Hasta la próxima temporada, o no…