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Dos Santos versus Lukaku. Aferrarse o crecer

El jugador mexicano decidió no salir y quedarse en el Barça Foto: radiotrece.com.mx
El jugador mexicano decidió no salir y quedarse en el Barça
Foto: radiotrece.com.mx

Un gran debate que llega a todo jugador prometedor que milita en la cantera de un equipo grande en un momento dado, es la decisión de seguir en dichos escalafones inferiores esperando la oportunidad soñada durante años, o salir en busca de minutos para intentar hacerte un hueco en la élite del fútbol al máximo rendimiento.

Es una decisión más difícil de lo que parece, porque son muchos años buscando la oportunidad, te ves cerca de conseguirla y formar parte del primer equipo. El entrenador, con vistas a tener un posible recambio de garantías en caso de urgencia te convence de que no salgas cedido o busques un traspaso y aceptas, habitualmente bajo promesas de que tendrás un papel de más importancia que la temporada anterior que en la mayoría de ocasiones, no son del todo ciertas.

La cosa es que por determinadas circunstancias, en las que por supuesto influye la calidad del jugador en cuestión, puede llegarte la oportunidad y aprovecharla, como en los casos de Tello (FC Barcelona) o Morata (Real Madrid), si bien aún esta por ver su importancia real en la plantilla y los minutos que tendrán.

Lo habitual en los equipos grandes es que chicos con un talento innato para el fútbol tengan que bajar un escalón, para saltar dos y adquirir experiencia y ritmo para jugar en la élite como hizo en su día Granero, Soldado, Negredo y otros tantos. La cruda realidad es que muchas de estas jóvenes promesas se aferran a la ilusión de llegar al primer equipo y acaban frenando su evolución. Es el caso por ejemplo de Jonathan Dos Santos.

El mexicano tuvo muy cercana la posibilidad de marcharse a la Real Sociedad este verano pero decidió quedarse en la ciudad condal convencido por el Tata Martino, técnico culé. Podría estar disfrutando ahora en un buen equipo, jugando en primera división y disfrutando de la Champion League en el sueño donostiarra, pero prefirió aguardar en el filial su oportunidad al igual que hizo el verano anterior, e incluso el que vino antes de este. Una oportunidad que nunca llega y una espera que únicamente le reporta apariciones esporádicas en eliminatorias tempranas de Copa del Rey o partidos intrascendentes.

Y nombramos a Jonathan Dos Santos por haber tenido tan cerca la oportunidad de jugar en primera división, pero igualmente podríamos decirlo de Kiko Femenía que ha cambiado este año el filial culé por el del Real Madrid. Hay ocasiones, contadas, muy contadas, en que la apuesta puede salir bien por lesiones, por convocatorias en combinados nacionales. Obtienes minutos y se da la oportunidad de ganarte el puesto. Pero sin duda, equipo con una exigencia a este nivel, con jugadores fuera de serie que habitualmente compiten con el joven por esos puestos, el tener oportunidades se vende caro.

En el otro extremo está la opción más valiente. Salir, demostrar tu talento a base de minutos y ganarte, si lo mereces, el respeto y el cariño de otra afición con tu fútbol. Es el caso de Romelu Lukaku que el año pasado marcó 17 goles en el West Bromwich cedido por el Chelsea y que ante la llegada de Samuel Eto’o y la competencia de Fernando Torres,  ha vuelto a tomar la iniciativa y marcharse de nuevo cedido al Everton. Una posición valiente, que le hará gozar de más minutos de los que tendría de la mano de Jose Mourinho.

Una posición que a veces te corta el sueño de estar en un grande, pero que te permite disfrutar más del fútbol y dejarte ver en la élite. Además de los jugadores que hemos citado, recientemente se ha dado con un futbolista que ha encontrado el sueño por este camino. Hablamos de Isco, que sin gozar de minutos en el primer equipo valencianista se fue al Málaga para convertirse en el futbolista más prometedor del panorama nacional. Ahora deslumbra en el Real Madrid y lo hará en la selección española. Lo mismo ocurre con Rafinha, que ha decidido dejar el Barcelona B para jugar en primera con el Celta de Vigo y ya destaca con los celestes. También puede ser que las cosas no te salgan como esperas y te acompañe la mala suerte como a Isaac Cuenca, pero sin duda es la alternativa a no gozar de oportunidades y quedarte estancado en una categoría inferior a la que podrías optar.

Un dilema para el jugador, un filón para los equipos más modestos que buscan sacar rendimiento de un buen jugador a cambio de convertirse en trampolín para la carrera del mismo. ¿Quedarse o salir? ¿Aferrarse o crecer?

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