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Influído más que influyente

Imagen vía: asset-cache.net
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Su rol ha cambiado. Ya no es aquel joven que llegó desde Lezama a la cantera bética, que se afianzó en el primer equipo y que incluso llegó a disputar dos encuentros con la absoluta, aunque al final Del Bosque no lo llevara a la Eurocopa.

Beñat Etxebarría es aquel mediocentro puro que le gusta que el juego de su equipo pase por él. Que sea la piedra angular del conjunto cuando anda por el verde. Cuando mejor se encuentra en el campo es cuando está arropado por un pivote. Pero tras la vuelta a casa ha perdido ese papel protagonista que poco a poco quiere recuperar.

La pasada campaña, la de su llegada, disputó bajo las órdenes de Ernesto Valverde 23 partidos de Liga, en los que un solo gol y tres asistencias. En Copa jugó otros cuatro partidos, aunque no quedarán para el recuerdo. Es un bagaje pobre, atendiendo a que no sufrió ninguna lesión, pero su técnico decidió otorgar minutos a otros efectivos. Y al final le salió bien, puesto que consiguió una plaza en la Uefa Champions League.

Esta temporada si parece contar con más minutos. A falta de cinco partidos oficiales por disputar, ha estado presente en 40 de los 53 partidos que ha jugado el Athletic. En ellos ha conseguido dos goles, en Liga ambos, y seis asistencias. Pero no hay que centrar toda la atención en los números. Realmente por lo que destaca el medio nacido en Yurre es por su efectividad como pasador.

Salvando las distancias, puede que sea el futbolista más parecido a Xavi Hernández en el territorio nacional. Un aspecto en el que se parecen es que, tanto el catalán como el vasco, destacan sobremanera por una cosa: cuando dan un pase, siguen siendo objeto de pase. Esto es, dar el balón y tras ello ser un apoyo fácil para el compañero. Parece sencillo e incluso lógico, pero la tendencia natural tras realizar un envío es tirar hacia delante.

Su última aparición ha sido en esta jornada intersemanal en el derbi vasco, donde no se explica mucho porqué Beñat fue sustituído en el ecuador del segundo tiempo. Con el marcador empate a uno, Valverde lo sacó del campo para dar entrada a Mikel Rico y buscar balones directos. Pero con los donostiarras con un hombre menos sobre el campo, lo normal no es quitar al único medio puro de tu equipo, posiblemente el más capaz de surtir un buen centro a la cabeza de Aritz Aduriz, o bien de marcar un libre directo como antaño hacía en el Betis.

Al final ha conseguido adaptarse al equipo, aun sin llegar a influir en demasía en la elaboración del juego, algo que si cambiasen los leones, disfrutarían de uno de los mejores mediocentros que quedan en España, como consiguieron disfrutar los verdiblancos. Por ello lo de influído más que influyente, porque se ha adaptado el equipo, pero no el equipo a él.

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