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La Copa África al detalle: La gran final

Durante estos días hemos estado repasando todo lo que ha dado esta última edición de la copa de África. Hoy, como colofón y para terminar el serial de artículos del que estos días hemos podido disfrutar, tenemos ante nosotros el análisis de la gran final del torneo. Una final que ha pasado a la historia gracias a un bloque de jugadores que, sin tener ninguna estrella destacada, puso en cada partido toda la garra e ilusión para imponerse ante los más grandes. Y es que, Zambia fue el héroe encargado de derrotar a todos los colosos, primero fue Senegal, luego Ghana y por último, Costa de Marfil, en una final que pasará la historia como la revelación del modesto. Sin más dilaciones, vamos ya con el partido.

La táctica y la posesión del balón fueron la nota predominante en una primera parte de muchísimo tanteo. Ambos equipos atacaban pero sin dejar de defender, como si estuvieran más preocupados de no encajar que de adelantarse en el marcador. Las idas y venidas se iban sucediendo pero ninguno de los dos tomaba el control del partido. Cierto es que los costa marfileños ponían más ímpetu en sus ocasiones, pero tanto Mweene como Barry Copa no tuvieron demasiados problemas bajo los palos. La primera ocasión seria del partido la tuvo Sinkala a la salida de un córner, pero Copa se las apañó bien para despejar el balón aunque con alguna que otra dificultad. De nuevo, un revés se impuso en el camino de los Chipolopolos, ya que Joseph Musonda tuvo que retirarse lesionado al poco de empezar la 1º parte. El jugador abandonó el campo entre lágrimas de impotencia, que horas más tarde se convertirían en lágrimas de la alegría más absoluta, pero eso él todavía no lo sabía. Posteriormente, los elefantes empezaron a crear las primeras ocasiones de peligro, pero se llegó al descanso con el marcador empatado a cero.

Foto: Mediotiempo.net

Algo similar fue el transcurso de la 2º mitad, aunque aquí Zambia se lo empezó a creer un poco más. Al igual que ante Ghana, el descanso le sirvió para soltar un poco toda la presión que llevaban encima y por momentos se vio superior a costa de Marfil. Mayuka y Katongo atraían toda la atención de la defensa costa marfileña, al igual que Drogba y Gervinho atraían la zambiana. Era un partido de 50%, en el que nadie se atrevía a dar una voz más alta que otra. Pero como siempre, los cracks aparecen cuando menos lo esperas, y una jugada de Gervinho en la que el árbitro apuntó al punto de penalti pudo cambiar el trancurso del partido. Drogba tenía ante si la posibilidad de adelantar a su equipo desde los 11 metros, y viendo la solidez defensiva de Costa de Marfil durante todo el torneo, en el que no había encajado ningún gol, podríamos haber hablado de un hecho casi definitivo. Pero el destino es caprichoso, y más aún con los grandes en los momentos claves. El delantero del Chelsea mandó el balón a las nubes ante su incrédula mirada, no se lo podía creer, ni él, ni sus compañeros, ni mucho menos sus rivales. El líder indiscutible de esta selección había desaprovechado la oportunidad más clara de hacer campeón a su equipo, y con todo esto, se llegó al final de los 90 minutos.

Foto: Vavel.com

África iba a quedar paralizada al menos media hora más, llegaba la prórroga. Esta no fue muy distinta del partido, fue una prorroga de mucho desgaste físico y con pocas pinceladas técnicas, sin embargo Zambia iba a disponer de una gran ocasión para ponerse por delante por medio de Chris Katongo, pero el balón se fue al palo. Con esto se acaba también la prórroga, 120 minutos y ni un solo gol por parte de ambos, pero ahora sí, la tensión era más que nunca palpable en ambos. Y llegamos a los penaltis, ese momento donde los cracks y los jugadores de segundo nivel se nivelan para dar paso a la suerte, la suerte más bella para uno y la más trágica para los otros. De ella no vamos a hablar, es mejor que la veáis con vuestros propios ojos porque si ya la lotería de los penaltis es algo maravilloso para los aficionados, esta lo fue aun más. La historia nos deparó lo siguiente:

Lo que ocurrió posteriormente os lo podéis imaginar, los festejos y celebraciones de los zambianos contradecían las caras de fracaso y amargura que mostraban los costa marfileños. La historia esta vez fue justa con Zambia, justo en el lugar donde hacía 12 años un avión con integrantes del mismo combinado se estrelló en el mar acabando con la vida de 18 jugadores del plantel. Los chicos de Herve Renard habían hecho historia, convirtiendo al país más pobre en el país con mayor índice de sonrisas en el mundo. Fue, en definitiva, una de esas gestas inolvidables e históricas que hacen de este deporte una de las maravillas del mundo.

Y por último, me gustaría dejaros con una imagen grandiosa, la imagen que refleja a la perfección la unión del vestuario zambiano con su entrenador, la imagen del héroe escoltando a uno de sus pupilos para reunirlo junto a sus compañeros. ¡Enhorabuena Chipolopolos!

Roberto M. Romero

@RobertoMromero

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