La “Vecchia Signora” de Conte

La Juventus ha vuelto. Y ha vuelto para quedarse. Casi en el olvido quedan ya años de , mediocridades y asuntos tan escandalosos como el mediático “Moggigate”. Ya nadie se acuerda de eso. La Juventus ha recuperado su historia, su poderío, su grandeza.

Socialmente conocida como “La fidanzata d’Italia” (la novia de Italia) por ser la “squadra azzurra” con más seguidores por todo el país -se estima que es seguida por más de 26 millones de los italianos, o lo que es lo mismo, aproximadamente el 28% de la población italiana -, después de años y años sin ganar el ansiado “Scudetto”, lleva dos años consecutivos haciéndose con el codiciado cetro y demostrando una hegemonía casi insultante a equipos que no terminan de encontrar el rumbo como son Milan, Inter o la mismísima Roma de Don Francesco Totti.

Antonio Conte, mítico ex-capitán y alma máter en el medio campo del equipo turinés en su etapa como futbolista, es el encargado de liderar este grupo de enormes futbolistas. Llegó al banquillo “blanquinegro” después de devolverle la máxima categoría al Siena A.C en el campeonato 2010/2011, firmando dos años de contrato. En su primer año se alzó con el título de la Serie A no conociendo la derrota durante toda la temporada y al año siguiente fue capaz de revalidar el título de nuevo, además de derrotar al Nápoles en la última edición de la Supercopa Italiana por cuatro goles a dos, haciéndose con tan distinguido trofeo en el país transalpino.

En el campo, todo es más fácil cuando hay dos figuras que brillan por encima del resto. Las manos son del genio Buffon y el balón es cosa del maestro Andrea Pirlo. Son la perfecta prolongación de Antonio Conte en el terreno de juego.Su experiencia, liderazgo y sapiencia futbolística hacen de esta Juventus un equipo de mentalidad rocosa y tremendamente ganadora.

Hombres como Chiellini, Barzagli, Vidal o Marchisio, aportan carácter y una competitividad desmesurada y chicos que ya comenzaron a destaparse hace tiempo en el planeta fútbol, – véase la fuerza y calidad de Asamoah, el recién Balón de Oro del mundial Sub 20 disputado en Turquía y campeón del mundo en dicha categoría, Pogba, o el talento del “menudito” Giovinco- , hacen de esta Juventus de Turín un genial equipo de futbolistas. Un equipo compensado en toda y cada una de sus líneas, siendo capaz de servir a la mismísima selección “Azurra” de su gran base de futbolistas.

Aunque todo no es idílico aunque así lo parezca en este jardín de rosas frescas y es que la familia Agnelli tiene como asignatura pendiente, el torneo de los torneos. La máxima competición de clubes en Europa, la Champions, se le resiste a la Juve desde aquel 22 de Mayo de 1996 en el estadio Olímpico de Roma, cuando fue capaz de vencer al Ajax de Amsterdam en la tanda de penaltis, tras empatar uno a uno en el tiempo reglamentario. Ya ha llovido desde entonces. Y el regusto amargo que dejó la final de aquella de 2003 de Old Trafford, tras perder con el Milan, también decidida en la “suerte” de los penaltis, viéndose truncada así, la posibilidad de volver a levantar tan maravillada conquista deportiva.

Para ello, y como grandes complementos a lo que ya había y mejorando lo presente, han llegado a Turín una dupla atacante de quilates y de la que espera muchísimo, como son “El Apache” Tévez y el riojano Fernando Llorente. Cosa fina. Juntos, están llamados a liderar el ataque bianconero en esta temporada que se encuentra ya a la vuelta de la esquina. Los zagueros Ogbonna y Peluso, también adquiridos para ésta campaña, hacen además de la parcela de atrás que el equipo suba un peldaño en cuanto a prestaciones futbolistas, a pesar de que ya había mimbres de peso en esa zona tan fundamental del plantel.

En definitiva, uno de los equipos dispuestos a dar el “do” de pecho y volver a reinar también por Europa como ya hizo en décadas anteriores. Las finales europeas se le resisten, y eso en un equipo con tanto potencial económico, social y deportivo no es “moco de pavo”. En la Serie A ya ha logrado ser temido por sus más directos rivales. Conte sabe de la exigencia que tiene este año por delante y está dispuesto a afrontar el reto con más ganas y fuerza que nunca. Motivos de peso tiene de sobra… ¿no?