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Mihajlovic busca la resurrección rossonera

Foto: rossoneriblog.com
Foto: rossoneriblog.com

Es una obviedad cuando hablas de grandes clubes en horas bajas en Europa, que uno de los primeros nombres que te vienen a la mente es el del AC Milan. Campeón de siete trofeos de Champions League -antes conocida como Liga de Campeones- y casi una veintena de ligas, el cuadro rossonero es uno de los clubes más grandes de Europa por palmarés, aunque de unos años para acá parece de capa caída.

Lo cierto es que hace cinco años ganó su décimoctavo scudetto y al año siguiente levantó la Supercopa de Italia. Ese fue el último título de la entidad lombarda, que ese mismo año volvió a competir la liga quedando segundo. Desde entonces, las cosas por la ciudad de Milano solo han hecho empeorar. Hace tres años alcanzó un meritorio tercer puesto, pero al año siguiente quedó octavo y en este, ha terminado décimo. Unos resultados que junto a la sequía de títulos ha dejado al AC Milan en tierra de nadie en cuanto a la lucha por los títulos y ha mermado tanto su presencia en competiciones internacionales como empobrecida su imagen de equipo poderoso.

Para cambiar esto, Galliani y Berlusconi tantearon a Carlo Ancelotti tras acabar la relación del técnico con el Real Madrid, pero la negativa de este acabó con otra apuesta sentándose en el banquillo. La del Serbio Sinisa Mihajlovic. Hace unos días fue presentado y sus primeras palabras dejaron claro cual es el principal objetivo rossonero: Que el Milan vuelva a asustar. Ese es el reto.

Las medidas tomadas para que esto ocurra pasa por reforzar un equipo que en los últimos años no ha estado a la altura. Las lesiones han tenido como principal objetivo a algunos de sus mejores talentos. Fueron decisivas en la época de Alexandre Pato y lo está siendo también para El Shaarawy, que esperemos pueda disfrutar de este año completo y sin molestias. Dejando a un lado de lesiones, lo cierto es que el cuadro rossonero ha tomado cierta decisiones deportivas cuanto menos cuestionables.

El año pasado, con un centro del campo formado por Andrea Poli y De Jong principalmente, falto a todas luces de creación, el Milan se deshizo de Saponara, que cuajó una buena campaña en el Empoli, acabó dejando salir también a Nocerino y los problemas físicos no dejaron jugar asiduamente a Montolivo. En esta tesitura, el jugador que se tornó indispensable en el esquema del Pippo Inzaghi fue Giacomo Bonaventura, que lo jugó todo y fue el principal protagonista en la creación del equipo.

Más allá de dicho problema en la creación, además de la ausencia de El Shaarawy, el peso goleador recayó en Menez, que rindió de forma espectacular como delantero centro a pesar de que su carrera se ha desarrollado más bien pegado a la banda, y Keisuke Honda, que con altibajos tuvo mucho que decir en el ataque rossonero. Cierto es que en invierno llegó Cerci, pero su rendimiento goleador no se acercó ni de lejos a lo que vimos en el Torino. Y si la creación y la necesidad de gol son claras a pesar de la aparición de Bonaventura y Menez como héroes de la temporada, el Milan tiene el problema de ser un equipo muy veterano.  Un equipo veterano que tiene como baza la experiencia pero al que a veces falta frescura, imprevisibilidad e incluso algo de «hambre». Su media de edad la esta temporada recién terminada superaba los 28 años siendo la más alta de la Serie A italiana junto a Torino y Atalanta.

Este verano, Galliani y Berlusconi han decidido que la cosa no puede seguir así. Tienen claro que el AC Milan debe volver a la Champions y no vagar más en tierra de nadie por la liga italiana. Para ello uno de los objetivos ha sido reforzar la delantera y para ello han firmado a dos de los delanteros del momento en Europa. Uno fue uno de los máximos goleadores en la UEFA Europa League y el otro lo fue en la Champions.

Con la llegada de Carlos Bacca y Luiz Adriano, el Milan se asegura finalización, aumenta la capacidad goleadora. Si Menez alcanza un nivel aceptable -anotó 16 goles la pasada campaña pero podría reducir algo sus cifras si vuelve a escorarse a banda- podrían formar un tridente temible en Italia. Mihajlovic ya ha hablado también con El Shaarawy sobre su predisposición para jugar algo más retrasado y la predisposición del joven atacante italiano parece buena, aunque otros equipos lo pretenden y puede que el club escuche ofertas por él.

También en la creación se han tomado medidas. La inversión ha sido fuerte con Andrea Bertolacci, quien ha llegado de la Roma a cambio de 20 millones de euros. Además han llegado José Mauri procedente del Parma y Simone Verdi, fichado al Torino. Talento y juventud para reforzar la medular.

En definitiva un cambio de cara que no ha hecho más que empezar. Falta refrendarlo sobre el césped y tampoco los movimientos en el mercado han cesado. Entre la ilusión del aficionado aun resuena el nombre de Ibrahimovic, al que el Milan todavía intenta convencer. Queda mucho verano pero el objetivo está marcado. Volver a ser temidos.

 

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