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San Jorge Luis de Chile

Jorge Sampaoli celebra uno de los goles de su equipo Foto: diarioeldia.cl
Jorge Sampaoli celebra uno de los goles de su equipo
Foto: diarioeldia.cl

No soy muy de santos. No me gusta la mística. Y eso que me crié en colegio de monjas. A lo mejor esa es la razón, no lo tengo claro. Lo que sí tengo claro es que de un tiempo aquí, desde que empecé a oír de la existencia de un tipo de diminuta talla y cabellera que entrenaba a la U, me he hecho devoto de SAN PAOLI (permítanme la ocurrencia). Es un santo particular, al que no hace falta rezarle. Es la primera vez que escribo y no sé si seré “digno”, por decirlo de alguna manera, de escribir de Jorge. Llevaba tiempo queriendo darle forma a esto que me ronda la cabeza. Soy un loco de Sampaoli, me hipnotiza su juego de ataque, ataque y después ataque, la presión asfixiante, me flipa Sampa.

Para salir en The Times siendo argentino, o eres Messi, Maradona, un corrupto gordo, corralito, o eres Sampaoli. Todos los estilos son aceptables y enriquecen la variedad, y la variedad es riqueza, pero, ¿imaginan a Caparrós en The Times? Yo no.

Sampaoli es el culpable de que el examen de Finanzas, o el de Marketing puedan esperar un poco. La ocasión no lo desmerece. Quizás, por eso, se hace preciso, y cada vez más, que Jorge coja algún equipo europeo. La espera sería menor, el disfrute mayor (de domingo-miércoles-domingo).

Sampa es de ese tipo de hombres que no puedo parar de admirar. El hombre que niega un lujoso coche o a vivir en una mansión es un santo. Se desmarca de lo material. Su marca está en el entreno, el análisis. Fútbol, fútbol y más fútbol.

Puede ser que llegue el día en que tenga que dejar de creer en mi santo. Puede ser que se eleve más allá del césped. Espero no estar vivo cuando llegue ese día. Hasta entonces, Sampaoli será sinónimo de FÚTBOL.

 

Artículo de opinión realizado por: Pablo Martín González

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