¡Va por tí, Valera¡
El 12 de agosto de 1952 Pepe Valera recibió un homenaje en la Venta Eritaña por parte de un destacado grupo de béticos de la época, encabezados por el ex presidente Pascual Aparicio y por Andrés Aranda, en ese momento entrenador del Extremadura.
En el diario Sevilla ese mismo día se insertó esta columna en la que se rinde homenaje también a Pepe Valera, y en la que se destaca su faceta de servicio al club, pero siempre desde un punto de vista no profesional, ya que Valera era militar de profesión, capitán en Automovilismo, por lo que los muchos ratos que dedicaba al fútbol los sacaba de su tiempo libre y sin remuneración. Así fue, por ejemplo, en las dos temporadas anteriores en las que dirigió al filial bético, el Juventud Balompié, y en las que como director técnico asesoró a la directiva bética.
Esta noche se tributará un cariñoso homenaje a Pepe Valera, al que felicitamos desde estas columnas, y al que va dedicado este modesto comentario. Tenía, por necesidad, que ser así. La actualidad, el momento, tiene color verde y verdes debemos ser nosotros hoy, respondiendo a una exigencia periodística. Por otra parte, la personalidad de Valera, dejando a un lado los colores, es suficiente motivo también para provocar estas líneas.
Queremos hacer resaltar sobre todas las grandes cualidades del ex entrenador bético, que son muchas, su desinterés, su afición pura por el deporte, o concretamente por el fútbol. Las apologías periodísticas sobre el desinterés de ciertos deportistas, pocos por desgracia, suelen ser leídas ya con desgana. O mejor dicho, no se leen. Suenan a tópico, a cosa gastada. Sin embargo, hay que seguir haciéndolas con fidelidad idéntica a la del cronista que señala la aparición de la primera flor después del invierno. Y una flor, de lo más rara, es ésta del desprecio al dinero en el mundo del balón redondo, que destaca más todavía en época de traspasos, cuando cada cual no se halla atento sino al mayor ofrecimiento de los postores.
Se han ido los tiempos románticos para siempre. Incluso el espíritu de la Olimpiada, que hasta ahora parecía subsistir incontaminado, deja de ser fiel a Grecia, diremos. Y cada día, cada instante, es un paso más hacia la mercantilización.
Ante todo lo expuesto, la ayuda de Pepe Valera al Betis, sin recompensa económica de ninguna clase, aunque ya las habrá tenido morales, debemos señalarla como algo excepcional.
Y si no haga usted la prueba. Robe tiempo a sus ocupaciones y dedíqueselo a otra ocupación cualquiera, ponga en ella sus cinco sentidos, trabaje afanosamente, gaste sus energías e incluso su propio dinero, a veces. Y luego no pida ni obtenga nada a cambio, ¡verá qué bien¡.
El trabajo “por amor al arte”, como se dice, ha pasado ya a ser pura arqueología, curiosa pero sin sentido. Decididamente Pepe Valera es un héroe y el Betis un equipo con mucha suerte, aunque algunos piensen lo contrario.
Se me viene a mi memoria la Secretaría del Balompié en la «Venta Eritaña», y en relación al homenaje a José Valera Nocera (a) «Pepe Valera», he de comentaros que mi padre Enrique Añino Ilzarbe de Andueza, domiciliado en calle Exposición nº7-El Porvenir, asistió a citado evento, dándose la coincidencia de ser castrenses y balompedistas verdiblancos, a los efectos oportunos e informativos.