El ascenso del Getafe, de Manuel Sarmiento
En 1976 el CD Getafe, antecedente del actual Getafe CF, alcanzó la Segunda División por primera vez en su historia.
Lo consiguió gracias a su triunfo en el grupo segundo de la Tercera División, donde quedó el primero con 53 puntos, seguido por el Logroñés con 51 y el Castilla con 50. El ascenso fue automático, junto a los otros tres campeones de grupos de la Tercera: Pontevedra, Levante y Real Jaén.
De la mano de José Antonio Segura el club azul militaría en la Segunda División en la temporada 1976-77, convirtiéndose desde entonces en un club asiduo de esta categoría. En las páginas de As el periodista Manuel Sarmiento Birba homenajeó al club getafeño en base a sus recuerdos personales.
Allá por el año 1946, total, nada más que treinta años, aparte estudiar mucho y bien, los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo teníamos tiempo para comentar los lunes, de forma tan abundante como apasionada, los resultados de la jornada de fútbol.
El Real Oviedo, por aquel entonces, tenía un buen equipo. Emilín, Herrerita, Antón, Echevarría, Goyín, Argila, Jugo, Penedo, Sirio, Diestro, etc. El más interesado en el comentario era un bedel de la Universidad, que creo que aún vive, y eso deseo, el cuál, con un interés sumamente apasionado, defendía todo lo que se refiriese al Oviedo. La estatua de Valdés Salas, que se alza en el centro del patio universitario, era testigo mudo de las conversaciones.
Un día, y no sé el motivo, no pude contenerme por las manifestaciones de alegría del bedel, que se llama Pachu, que interrumpía la conversación, y le dije con voz un tanto airada:
– Vamos a ver, Pachu ¿tú de qué equipo eres?
– Yo del Oviedo, porque el equipo de mi pueblo aún no está en Primera División. Cuando esto ocurra, ya hablaremos.
Debo aclarar que Pachu, como todos le conocemos en el ambiente estudiantil de Oviedo, se llama Francisco Siñériz y es nacido en Getafe. Pachu me hablaba del Getafeño y de sus éxitos de hace años. Pachu habrá sentido el domingo viva emoción, porque el Getafe, el equipo de su pueblo, ya está en Segunda División. Lo difícil para Pachu va a ser el año próximo, cuando el Getafe acuda, en partido oficial, a Buenavista para medirse al Oviedo. Pachu lo va a pasar muy mal, porque en esa ocasión no sabemos de qué equipo azul va a ser. También es curiosa coincidencia que el Getafe vista el mismo color que el Oviedo. En cualquier caso, yo estimo que Pachu va a ser muy feliz, porque el Getafe, aún cuando no vaya como primerdivisión, como él deseaba, acuda al Carlos Tartiere como segunda. Algo es algo.
Quedan muy lejos todas las aspiraciones de tantos años. Y quedan ya en el recuerdo los quehaceres de tantas jornadas. Lo cierto es que el Getafe, en una campaña sensacional de sus jugadores, de Segura, que reemplazó a Pachín a poco de iniciarse la temporada, y de sus dirigentes, acaba de cruzar la meta victoriosa del ascenso y ha dado a Madrid, Getafe aún siendo Ayuntamiento diferente puede decirse que vive dentro de Madrid, un cuadro más de Segunda División. Una rivalidad más con el Rayo, partidos de Segunda todos los domingos del año en la capital española, y una colectividad urbana que ha logrado el éxito deportivo de su vida.
Nosotros estuvimos últimamente en el campo de Las Margaritas, en la victoriosa mañana en que los getafeños se impusieron al Castilla por un concluyente cuatro a cero. En aquella oportunidad comprobamos la euforia, la fe, la pasión y el afecto de los seguidores del Getafe por el equipo de sus amores. Los jugadores azules de Segura jugaron como galvanizados por el empuje incesante de unas gradas que los llevaron a un triunfo sensacional. Ahora, cuando falta una jornada para que la “inacabable” Tercera finalice su singladura 1975-76, el Getafe viaja a Talavera tranquilo, sosegado, eufórico. Es un desplazamiento corto, pero largo en recuerdos de una temporada feliz, de sinsabores pasados, de días triunfales vividos, de hazañas logradas. Lo malo ha pasado a mejor vida en el recuerdo de dirigentes, entrenador y jugadores. Ahora sólo queda el regusto de haber logrado para una población, que bien lo merecía, el premio estupendo de figurar en la categoría intermedia del fútbol español. El Getafe ha dado un paso hacia metas mejores. Su población, un auténtico pulmón industrial de Madrid, ya tiene un cuadro en una división que prestigiará su nombre por los campos de España. Sus aspiraciones no quedan ahí, porque el Getafe, si sus seguidores siguen respondiendo de la forma y manera que lo han hecho hasta ahora, puede algún día llegar a la Primera División que en 1946 añoraba Francisco Siñériz, el bedel “Pachu” de mis años de estudiante en los claustros universitarios de Oviedo.
Las Margaritas, nombre florido para una fecha feliz, estrenará categoría el año próximo. Una Liga donde Madrid, tan identificado en todo con Getafe, tendrá todos los domingos partidos de Segunda División. El ascenso de los muchachos de Carrillo, de ese CD Getafe, es todo un gozo deportivo.
Fuente: Manuel Sarmiento Birba en AS 2 de junio de 1976