El Buzón de Marca y Patrick O´Connell 1959
A finales de febrero de 1959 falleció en Londres el gran entrenador irlandés Patrick O´Connell, quien dirigió al Betis en 3 ocasiones. En las páginas del diario deportivo Marca, en su sección llamada Buzón de Marca, aparecieron estas dos cartas de aficionados procedentes de Sevilla, y en las que se demuestra cómo la figura de Don Patricio había calado entre la afición bética.
En la primera de ellas un aficionado llamado Juan de Dios Osuna llama la atención sobre un error en la información aparecida en Marca en febrero, a la vez que nos relata una anécdota relacionada con el tiempo en que fue entrenador del eterno rival, lo que no le impidió seguir cultivando las numerosas amistades que había dejado en el bando verdiblanco de la ciudad, pues siguió acudiendo todas las tardes a la Tertulia Bética.
Se cuenta luego la trayectoria de O´Connell en Barcelona durante la guerra civil, uno de los episodios más enigmáticos de su trayectoria en España y finalmente se nos dan algunos detalles de cómo transcurrieron sus últimos años en Sevilla, antes de partir hacia Inglaterra, donde fallecería.
En la segunda carta otro aficionado, Francisco Cúder Rodríguez, pide que se coloque una placa conmemorativa en honor de Patrick O´Connell en el Estadio de Heliopolis, para recordar a quien dirigió al equipo que se alzó con el Campeonato de Liga en 1935.
En el número del 26 de febrero del diario deportivo de su digna dirección y en la necrológica del gran entrenador Patrick O´Connell (q.e.p.d.), recientemente fallecido, se dan datos que no se ajustan a la realidad; entre ellos, el de más volumen aquel que asegura: “Entrenó a los dos equipos, primero al Sevilla y después al Betis”. Y no es así, sino a la inversa.
Lo proclama el hecho cierto, de absoluta veracidad y muy conocido por un gran número de aficionados al fútbol, naturalmente sevillanos, de que al día siguiente de firmar por el Sevilla como entrenador, míster O´Connell, después de almorzar se fue flemáticamente, como siempre lo había hecho, a tomar café al local social de la Tertulia Bética, lo cual originó una reclamación por parte de los directivos sevillistas, a la cual, el castizo entrenador contestó que antes había pertenecido al Betis, en el que había sido tratado inmejorablemente y se había creado muchas y muy sinceras amistades, y que una cosa era el entrenamiento y otra las amistades particulares. Y continuó concurriendo a la Tertulia.
Lo que no se ha dicho, posiblemente por desconocimiento del personaje recientemente fallecido y de su vida, es que los toreros eran sus mejores amigos; el más íntimo, Julio Pérez “El Vito”, ex matador de toros y ahora estupendo banderillero. Tampoco se ha dicho en tal necrológica que míster O´Connell permaneció en Barcelona durante nuestra guerra de Liberación, pasando hambres, aguantando bombas, cuando muy bien pudo marcharse a Inglaterra. Incluso fue con el Barcelona a Méjico en dicho azaroso periodo, y no se quedó, como muchos jugadores, porque él consideraba que su deber era permanecer en Barcelona al lado de sus jugadores hasta que la guerra terminara.
Vivía últimamente en Sevilla en un pisito enclavado delante del parque de María Luisa, con mucha justeza de medios económicos, gracias a la ayuda de sus familiares residentes en Inglaterra y a las clases de inglés que daba su señora.
Le organizaron varios beneficios para que volviera a su patria, lo despedían en los andenes de San Bernardo y, al día siguiente, ya estaba de nuevo en su Tertulia Bética.
Muchas cosas más se hubieran podido decir de míster O´Connell con conocimiento de su causa, y es una verdadera lástima no se hayan dicho para rendir así homenaje póstumo a un gran entrenador y español de corazón.
J. de Dios Osuna
Mucho agradeceré se publique en “Buzón de Marca” del diario que tan dignamente dirige, un ruego a toda la afición futbolística, y de una manera muy especial a la bética, para que con motivo del fallecimiento del que en un tiempo fue entrenador del Real Betis Balompié, míster Patrick O´Connell, se coloque en el Estadio de Heliópolis una placa conmemorativa a su nombre, ya que como todos recordamos, gracias a su deportividad, a su técnica y entusiasmo logró para el club blanquiverde el Campeonato de Liga en la temporada 1934-35
Sirvan estas líneas para expresar personalmente mi pesar ante la pérdida de tan gran deportista que, aunque extranjero, supo interpretar de manera muy profunda nuestra gran afición por tan gran club
Francisco Cúder Rodríguez