Entrevista Benjamín Zarandona 2004
El paso de Benjamín Zarandona por el Betis, 7 temporadas, no estuvo nunca exento de polémica. Jugador dotado de técnica y de fuerza física, su rendimiento siempre estuvo condicionado y en el punto de mira de la afición por diversas incidencias.
Esta entrevista se publicó en ABC el 13 de enero de 2004 a cargo del periodista Eduardo Barba. Sólo 2 días antes Benjamín había sido una de las novedades con las que Víctor Fernández revolucionó el once bético en una gran victoria por 3 a 0 frente el Málaga CF. El Betis antes de este partido estaba en muy mala posición (16) y venía de cosechar una derrota por 3-1 en los octavos de final de Copa ante el Zaragoza que dificultaba la continuidad en el torneo del KO.
El equipo fue remontando el vuelo liguero, aunque cayó en la Copa frente a los maños, y Benjamín desde este momento fue un habitual en las alineaciones hasta final de temporada.
En la entrevista Benjamín pone sobre el tapete los habituales resquemores y reticencias que había por su rendimiento, achacado a su carácter festivo, y hace votos por que el equipo remonte el vuelo con su participación.
En el momento más delicado de la temporada, Benjamín reapareció con fuerza y lideró, junto a Alfonso, a un Betis mejorado. La agónica revolución de Víctor Fernández parece tener nombre y apellidos.
-La verdad es que tenía unas ganas increíbles de demostrar a la gente que estoy bien y al entrenador que puede contar conmigo, que soy parte del equipo y puedo ayudar. Tenía ilusión y todo salió bien, honestamente, creo que me salió un partido bueno, tanto defendiendo como con el balón. Uff, no tuve ni dos segundos de descanso, pero necesitaba un partido así.
-Físicamente no parece haberle afectado la falta de partidos…
-Hasta yo mismo estoy algo sorprendido. Bueno, no tanto. Quizás lo que más me ha sorprendido es mi frialdad, lo centrada que he tenido la cabeza. He estado currando mucho y muy callado, y con la intensidad que he entrenado he podido mantenerme en una forma física muy buena. Sólo había jugado en Copa, pero sabía que con uno o dos partidos que me dieran iba a poder responder porque he entrenado muy fuerte y estaba bien mentalmente. Cuando la cabeza está bien, es más fácil jugar, trabajar con ímpetu.
-¿Ha reparado en que muchos ahora se preguntarán por qué no ha jugado antes, por qué Benjamín no ha aparecido en el equipo hasta ahora?
-Sí, la verdad es que habrá algunos que lo piensen. En fin, qué voy a decir… El mister es quien lleva la batuta y ha contado con una serie de jugadores desde comienzos de temporada para el equipo titular. Él eligió la plantilla y él escoge. Hay que respetarlo. Pero es cierto que verlo un poco desde fuera quema mucho, demasiado. Hay que tener la sangre muy fría y confiar en uno mismo para llevar bien eso de no contar incluso cuando el equipo no anda fino. Lo básico es eliminar de tu vocabulario la palabra desilusión, que para mí no existe. Ahora bien, que ni soy tan bueno ni era tan malo antes. Ah, y que a nadie se le olvida jugar.
-Parece haber rencor en sus palabras. ¿Se acuerda de sus críticos?
-Esa gente que siempre duda de mi o que no para de criticarme, esos que dicen que estoy acabado, van a tener que cambiar de diálogo, creo que no van a poder decir lo mismo mucho tiempo. Ahora ya saben lo que les toca. Lo que pasa es que si no juegas no te puedes defender ni demostrar que no llevan razón. Pero ahora… De todas formas, no me preocupa tanto, de verdad.
-¿Es consciente de la mala fama que arrastra desde hace años?
-De todo eso me he olvidado, porque sólo el que me conoce sabe cómo soy. Ya llevo ocho o nueve años en esto y paso. Cada jugador es como es y hace lo que se le antoja en sus ratos libres, lo que pasa es que yo soy muy claro cuando hablo. No me parece que tocar la conga sea nada malo, mientras luego cumpla en el campo… que digan lo que quieran. Lo que vale es lo que ocurre el domingo, esa es la realidad, y punto. El Mono Burgos toca en un grupo de rock, Ronaldo se va a los Carnavales…. ¿y por eso están locos o son muy malos? A ver, si los resultados son buenos, pues dirán que soy un monstruo y que toco las congas de lujo, y si son malos dirán que soy un golfo y que no valgo para esto, que estoy acabado. O igual, si no hablo y me pongo serio, dirán que soy un malaje, y si hablo mucho o con guasa, pues que no me lo tomo con seriedad. El caso es que es difícil que la gente hable bien de un personaje público, imposible diría yo. Esto es España, el país de la siesta y la envidia.
-¿Su objetivo a día de hoy?
-Mantenerme entre los titulares y ayudar a que el equipo se vaya arriba dándolo todo en cada balón y en cada minuto, como si fuera una final. En definitiva, seguir con mi línea de trabajo, porque sólo he hecho un partido bueno, esto no es nada.
-El tándem con Ito en el centro del campo parece funcionar, ¿no?
-Sí, sí, la cosa está muy bien cuando jugamos los dos. Nos conocemos mucho y hablamos bastante en el campo, que es fundamental. Uno cierra cuando el otro sube, nos apoyamos… Funcionamos bien.
-Como en la época de Juande.
-Sí, aunque esa temporada comenzó igual para mí, porque tampoco contaban conmigo. Poco a poco, trabajando, me fui metiendo y acabé haciendo una buena campaña. Tengo buenos recuerdos de ese año, pero ya pasó todo, eso vale ya de bien poco.
-Por aquel entonces se jugaba más a la contra, como el domingo. ¿Debe jugar el Betis así y olvidarse de llevar tanto la iniciativa?
-Creo que sí, que es mejor defender fuerte y salir con rapidez al contragolpe. Al pie sólo puede jugar el Madrid, los demás tenemos que currar y correr como locos.
-¿Qué cambió contra el Málaga para que todo saliera mejor?
-Que salimos con muchísima concentración, muy mentalizados. La gente estaba muy metida.
-¿Y eso no se pudo hacer en partidos anteriores?
-Bueno… la verdad es que se hizo de inicio, pero hubo fallos puntuales que nos descentraron un poco.
-¿Cuál es la verdadera aspiración del Betis, cuál es el nivel?
-Todo eso depende del presente, de lo inmediato, yo lo veo así. Hay que ganar partidos ya para salir de abajo, y lo demás es cuento. De momento, a escaparnos de abajo y nada más.