Heliópolis, de Manuel Fernández de Córdoba
A tan solo dos días de que se inaugurase el nuevo Gol Norte y la tribuna de Fondo el periodista Manuel Fernández de Córdoba rememoró el viejo Heliópolis, con este artículo publicado en ABC el 30 de diciembre de 1999.
Hoy, en que el proyecto del nuevo Villamarín ha seguido avanzando, podemos hacer nuestra la frase del periodista y confirmar que «todo queda en la memoria de la historia».
Siempre ha sido historia cambiante el que naciera con el nombre de Stadium de la Exposición, la del Veintinueve, para pasar a ser, después, estadio municipal de Heliópolis, posteriormente, desde 1961, Benito Villamarín y, a partir de este año Dos Mil que ya tenemos encima. Manuel Ruiz de Lopera.
Uno conoció el Heliópolis en el que se vendían emblemas en la puerta, sabor de pictolínes, goles norte y sur que dejaban ver, el primero, casi hasta la puerta del Instituto de la Grasa y, el segundo, la Venta Ruiz, tribuna de fondo anunciando el Fundador y la de Preferencia, palquitos con puertas verdes, palco presidencial justo enfrente de la escalera que daba acceso a esa tribuna, con un banco de pista con sillas de tijeras.
Uno conoció después la remodelación de los goles y las demoliciones con dinamita de cuando las antevísperas del Mundial 82 en una cronología de salto de mata que mantenía un poquito de aquel aire del Stadium del 29.
Ya todo, ahora mismo mitad por mitad, será distinto. Ya quedará el recuerdo de alegrías y tristezas de tan larguísima vida, aquel ascenso del cincuenta y ocho, aquellos encuentros de la Recopa de Europa, aquella semifinal que precedió, contra el Español al “sí, sí, sí, la Copa ya está aquí”, aquella promoción que hundió al Betis en Segunda, las fatiguitas del manquepierda y sus nombres míticos paseando por la nostalgia.
En dos años no quedará nada y, sin caer en contradicción, quedará todo en la memoria de la historia