Siempre Verdiblancos, de Manolo Rodríguez
El pasado 27 de junio el Real Betis Balompié organizó un acto de homenaje en el estadio Benito Villamatín a los 3.000 primeros socios de la entidad.
Una bonita iniciativa en la que también se homenajeó a diversos ex jugadores que ganaron los títulos de Copa de 1977 y 2005.
El acto comenzó con un hermoso prólogo a cargo de Manolo Rodríguez, en el que rindió su particular homenaje a esos tres mil socios y a lo que representan: la fidelidad a un sentimiento, la pasión incondicional y la transmisión del amor a unos colores a través de las generaciones.
Buenas noches y sean bienvenidos al estadio Benito Villamarín, donde nos hemos reunido esta noche para honrar el nombre del Real Betis.
Para homenajearos a vosotros, los tres mil socios más antiguos, y para vivir con pasión el sentimiento bético.
Ese que nos pertenece y que siempre vendrá con nosotros allá donde nos encontremos.
Allá donde estén los béticos.
Por eso, al inicio, saludamos con emoción y cariño a todos los béticos que nos ven a estas horas desde cualquier parte del mundo a través de la retransmisión que ofrece en directo Betis TV.
Vayan para ellos nuestro abrazo y nuestros mejores deseos de Salud y Betis.
Aquí en Heliópolis estamos los que estuvimos siempre.
Los más fieles en el tiempo.
Herederos legítimos de esa estirpe invencible que ha sobrevivido a todas las tempestades.
En definitiva, vosotros, Béticos ejemplares, a los que el Consejo de Administración del Real Betis Balompié ha querido convocar hoy para agradeceros vuestro amor incondicional a los colores verdiblancos.
A Béticos como vosotros que nos traen ecos de la historia y que vienen de muy distintas generaciones.
Felizmente, aún nos acompañan algunos veteranos militantes que cruzaron el desierto y vivieron el resurgir en la época de Benito Villamarín.
Y Béticos de aquellos felices 70 en los que tocamos el cielo.
Y Béticos de los 80 y de los 90.
Y todos nos sentimos hijos del mismo Betis de nuestros mayores.
Ese Betis universal que no es menos porque pierda ni más porque gane.
Ese Betis que va encadenando generaciones, de padres a hijos y de abuelos a nietos, porque su ser natural trasciende las hojas del calendario hasta convertirse en una manera de vivir.
Vivir sintiendo al Betis, siempre al Betis, por encima de las personas y de las circunstancias.
Un largo camino que hemos ido andando juntos los que aquí nos encontramos.
Encadenando emociones y momentos.
Los momentos que han marcado nuestras vidas:
- Las alegrías y las decepciones.
- Los sueños y la realidad.
- Los ídolos de cada época y los goles que siempre estarán en nuestra memoria.
Como seguramente no olvidaremos nunca ese paisaje sentimental que nos acompañó desde niños:
- El carnet picado en la puerta.
- Los equipos saliendo al campo por las esquinas de la Tribuna.
- Las viseras para el sol.
- El marcador simultáneo.
- Los palquitos de Preferencia
- Los balones verdiblancos.
- La vieja almohadilla heredada.
- El estreno del Voladizo
- El nuevo campo para el Mundial
Y todo lo que vino detrás.
Pero muy principalmente, el orgullo y la humildad con que siempre vivieron los béticos los días de sol y los nublados.
Cuando salía cara y cuando salía cruz.
La esencia del Manquepierda que, gracias a vosotros, hizo eterno al Betis.
Por eso, ahora que nos acoge este coliseo extraordinario, ahora que el club crece y se moderniza, el Real Betis está más en deuda que nunca con vosotros.
Porque vosotros sois los que no habéis traído hasta aquí.
Y por eso os debíamos este homenaje y este aplauso.