Vídeo – Copa del Rey 2010/11: Y el Betis enamoró a España
Cuando en torno al Benito Villamarín se habla de Copa del Rey, un cosquilleo recorre los cuerpos de la parroquia verdiblanca. La competición del K.O. es, sin duda, una de las favoritas del conjunto heliopolitano pero, sobre todo, de la afición bética.
Dos veces se ha proclamado el Betis campeón del torneo: 1976/77 frente al Athletic (2-2 y victoria desde la tanda de penaltis) y en la campaña 2004/05 frente a Osasuna (2-1 con goles de Oliveira y Dani). La Copa ha sido la que más sonrisas ha dejado en Heliópolis en los últimos años y, una temporada más, el bético demanda que su equipo luche para hacer un buen papel.
Pese a que en los últimos años los verdiblancos no están adquiriendo protagonismo en la competición, debemos destacar algunos precedentes que hicieron disfrutar al Villamarín y, como no podía ser de otro forma, la temporada 2010/11 fue uno de ellos.
Desembarco de Pepe Mel en el conjunto verdiblanco. Su fichaje sería la cabeza visible de un proyecto estructurado para recuperar la categoría tras un temporada a las puertas de ello con Emaná, Memeth Aurelio, Nelson, Pavone y compañía. La llegada de “la crem de la crem” de la categoría de plata del fútbol español gustó al aficionado heliopolitano. Salva Sevilla, Chechu Dorado, Jorge Molina, nuestro máximo goleador de la historia, Rubén Castro o el veterano central Belenguer se unieron a una nómina representada por Achille Emaná, Nacho, Iriney o Beñat. Calidad, goles y, sobre todo, buen fútbol.
El Betis enamoró desde el minuto uno en la Liga Adelante. Primer encuentro ante el Granada y un 4-1 que mostraba lo que sería toda la temporada.
Con ello, se presentaba la Copa del Rey en un Benito Villamarín que, consciente del objetivo de su equipo, no tiraba por la borda una competición que, a pesar de estar un punto por encima en ese momento dada la categoría de los verdiblancos, el fútbol del cuadro de Pepe Mel mostraba todo lo contrario. Y el Betis fue a por la Copa.
Su fútbol de toque dio espectáculo en el Villamarín. Todo salía y los verdiblancos, haciendo uso de su juego en Liga, se presentaron en el primer encuentro del torneo del K.O. El Salamanca fue el primero en caer en el Villamarín por 2-1, momento en que la afición conoció a Beñat con un tremendo zapatazo desde fuera del área para dar la victoria a los verdiblancos. Los de Mel, así, accedían a tercera ronda, donde de nuevo se vieron las caras con un Granada con ganas de revancha tras su derrota en Liga. A pesar de ello, tras un 2-2, los de Mel lograron acceder a dieciseisavos de final desde la tanda de penaltis.
A partir de aquí, llegaba lo complicado. Los verdiblancos se vieron las caras con el primer rival de Primera División, el Zaragoza. Tras caer derrotado en el Benito Villamarín por 0-1, los de Mel se presentaron en La Romareda con las ideas muy claras: pasar de ronda. Y así fue, 1-2, con Rubén Castro como protagonista y directos a octavos de final.
Primera sorpresa del año, aunque la calidad en el juego de los verdiblancos mostraba lo contrario. Los heliopolitanos se medían en octavos al Getafe y, de nuevo, derrota en el Villamarín, esta vez por 1-2, aunque la visita al Coliseum volvía a mostrar las intenciones del cuadro de Mel. Un equipo intenso y muy vertical se imponía en un estadio frío que se vio pisoteado por el “fútbol espectáculo”. 1-3, con doblete de Rubén Castro y otro tanto de Jorge Molina.
El Betis demostraba que iba en serio en la competición. No miraba su categoría y solo le importaba continuar hacia adelante. Pero amigos, llegó el Barcelona. El mejor Barcelona de la historia se presentaba ante los verdiblancos. No había miedo, aunque sí mucho respeto. La mayoría de los componentes del primer plantel verdiblanco apenas habían pisado campos de primera y, de buenas a primera, se vieron sobre el verde del Camp Nou. Los verdiblancos, en el feudo catalán, fueron capaces de aguantar al equipo de Guardiola los primeros 45 minutos e, incluso, al filo del descanso, un balón de Rubén Castro al palo pudo cambiar el curso del encuentro. Pero, si algo tiene el Camp Nou es que no perdona errores. En la segunda mitad, los azulgranas endosaron 5 goles a un equipo que murió como gusta en esto del fútbol.
La sonrisa se desdibujó y el premio se esfumó, aunque la cosa cambiaría en el minuto 2 del encuentro de vuelta en el Benito Villamarín. No le dio tiempo a la afición de tomar sus asientos cuando ya celebraba el primer tanto, para muchos quizá el de la remontada. Centro de Salva Sevilla medido para que Jorge Molina, sólo en el área, empujara el balón. Éxtasis en el Villamarín, aunque la proeza aún estaba demasiado lejos.
Minuto 7 de encuentro, el Villamarín se caía. Contra de libro, con el canterano bético Ezequiel imparable, asistiendo de nuevo al delantero alcoyano para que este, con la definición que le caracteriza, batiera a Pinto. 2-0 y la afición cada vez se lo creía más. Que le pasaría a Pep Guardiola por la cabeza cuando, en el minuto 14 de encuentro, Jorge Molina sólo ante Pinto erró lo que pudo ser su tercer tanto y la remontada bética.
A partir de aquí, las opciones de los verdiblancos llegaron a su fin cuando Messi, en el 37, lograba hacer el 2-1, aunque hubo tiempo para ver un tercer tanto de Arzu y un tiro al palo de Nacho que de poco serviría ya más que para seguir enamorando a una afición que se veía, por fin, reflejada en su equipo.
Gran papel de los verdiblancos en Copa, una competición que, de nuevo, hizo disfrutar a la afición. ¿Y si el Betis repite este año?