Buen juego y malas rachas: la historia se repite con Pepe Mel

foto: manquepierda.com
Que el encuentro a las doce del próximo domingo es un matchball de cara al futuro inmediato de Pepe Mel en el Betis (y de Montanier en la Real) se da casi por hecho. Eso sí, la importancia del choque no será algo novedoso para el técnico madrileño, ya que vivió situaciones parecidas en muchos de los equipo que ha dirigido en su carrera como técnico.
Además, curiosamente, son muchas las similitudes entre la situación que vive el club verdiblanco y la que ya vivió Mel en otros de sus equipos: buen inicio, buen juego, apoyo de la afición, pero malas rachas de resultados de forma consecutiva. Aunque no siempre ha sido así.
Mel comenzó su andadura en los banquillos en los equipos madrileños de la Unión Zona Norte y el Coslada, consiguiendo en éste último ser campeón de Tercera División, único título conseguido por ese club en su historia. De ahí pasó al fútbol profesional donde el Murcia le otorgó su primera gran oportunidad y realizó una excepcional temporada, estando siempre en los primeros puestos y practicando el mejor fútbol de la Segunda División, aunque finalmente no se produjo el ascenso. Eso sí, el apoyo y cariño de la afición pimentonera se volvió en contra tras aceptar una oferta del Tenerife para entrenar en Primera e intentar llevarse a algunos jugadores del equipo.
En el Tenerife se produjo su debut en la máxima categoría con tan sólo 38 años tras coger las riendas del recién ascendido conjunto isleño. Sus comienzos fueron muy alentadores con un equipo muy joven que practicaba un fútbol alegre y ofensivo, pero poco a poco las cosas fueron torciéndose y llegó una mala racha de resultados que provocó su destitución tras perder por 2-0 en Vallecas y dejar al equipo en la última posición con 24 puntos (14 derrotas, 6 empates y 6 victorias en global). A la temporada siguiente, fue fichado por el Getafe, club al que consiguió dejar en mitad de la tabla de la Segunda División tras un año complicado. En la 2003-2004, su destino fue Vitoria para intentar ascender a un Deportivo Alavés que acaba de descender tras una etapa de éxitos coronada con el subcampeonato de la Copa de la UEFA. En el conjunto vasco no cumplió el objetivo del ascenso, aunque tuvo opciones hasta la última jornada donde no le sirvió ganar en Eibar. A pesar del cariño de la afición y de haber llegado a semifinales de la Copa del Rey (algo que desgastó mucho al equipo) donde perdió con el Real Zaragoza, el que finalmente fue campeón copero ese año, no continuó en el banquillo albiazul.
Su siguiente destino fue el Polideportivo Ejido, equipo donde permaneció dos temporadas. En la primera, el cuadro almeriense se situó por primera vez en su historia en el liderato de la Segunda División y estuvo bastantes jornadas en puestos de ascenso con un fútbol ofensivo y atrevido. En la segunda, las cosas se torcieron y los malos resultados hicieron que el club celeste decidiera rescindir de sus servicios, ya que el equipo estaba en el penúltima posición.
Al año siguiente, Mel firmó con un Rayo Vallecano, que se encontraba en Segunda División B, donde permaneció desde 2007 hasta 2010. En la primera temporada, el Rayo llegó a las eliminatorias por el ascenso, pero perdió el último partido frente al Eibar y se tuvo que quedar otra temporada en la categoría de bronce. A la siguiente si se cumplió el objetivo, ya que el cuadro vallecano regresó al fútbol profesional tras vencer en los playoff al Zamora. Ya en Segunda, el equipo del técnico madrileño realizó una gran campaña desplegando un fútbol que enganchó a la afición vallecana. Mel era muy querido (y lo sigue siendo aún) por la grada, pero una racha de siete partidos sin conocer la victoria en la siguiente y a comienzos de 2010 hizo que la familia Ruiz Mateos decidiera prescindir de sus servicios tras caer por 0-3 ante el Girona en Vallecas.
En la pasada ya sabe todo el mundo lo que pasó. Llegada al Betis, problemas institucionales, inicio espectacular, Copa del Rey impresionante, cinco derrotas consecutivas, ascenso a Primera División con tres jornadas de margen y campeonato. Ahora le toca cambiar la historia, sellar con una victoria una mala racha de resultados, continuar en el club de sus amores para intentar conseguir el objetivo de la permanencia y responder así al gran cariño de la afición.