Con ustedes, Alegría

Real Betis 2-2 Granada. Foto: Rafa Toro
No sólo se consiguieron tres puntos en la noche de ayer. El Real Betis volvió a confirmar que tiene hambre, que quiere gustar y que la intensidad será sinónimo de un equipo que, a pesar de no ofrecer un gran fútbol, encandiló al aficionado bético. Tres puntos que saben a gloria. Una victoria que aísla y olvida una mala noche en el Pizjúan. El Villamarín volvió a sonreír.
Y lo hizo de la mano de un conjunto que volvió a dejarse todo lo que tiene sobre el césped. Bien plantado sobre el terreno de juego y con un gran derroche físico durante los 94 minutos del envite, el bético agradeció a los suyos con una atronadora afición el esfuerzo para solventar un igualado encuentro ante un Málaga que se encontró con, esta vez sí, un equipo desde Antonio Adán hasta Alexander Alegría.
Y es precisamente el ariete verdiblanco el jugador que se ganó anoche el respeto y el aplauso multitudinario de un estadio que ya ve en él al socio perfecto de Rubén Castro. Alegría volvió a confirmar que, una vez dentro del equipo, pocas cosas pueden hacer que regrese al banquillo. El canterano se ha ganado a pulso el puesto del nueve referencia en la plantilla verdiblanca. Y de qué forma. Sanabria tiene motivos para preocuparse. El jugador que deslumbró en la ciudad deportiva Luis del Sol ya lo hace en el Benito Villamarín
Su presencia en el terreno de juego cada vez es más trascendental y el de Plasencia lo confirma cada jornada. No marcó, pero su trabajo en punta se ha convertido en una de las principales características del Betis de Gustavo Poyet. Ya ante el Sevilla volvió a ser referencia en ataque y de ello es consciente todo el equipo, incluido Antonio Adán. Ante el cuadro nervionense fueron siete los balones recibidos desde el meta madrileño que el mismo se encargó de bajar con parsimonia y calidad, algo muy parecido a lo que anoche se pudo ver en el Villamarín ante el Málaga, ya que el cancerbero verdiblanco ha dirigido todas sus miradas hacia el espigado delantero, que sabe aprovechar bien sus muchas cualidades físicas para imponerse a las defensas rivales y aguantar el balón.
Los balones aéreos siempre fueron suyos ante el cuadro de Juande Ramos y, además, no duda en presionar y bajar para aportar en labores defensivas. Por si fuera poco, sus dos goles ante el Granada y el tanto anulado en el Pizjúan sirven para seguir confirmando que el puesto de segundo delantero es suyo.
Su trabajo y esfuerzo ya han sido premiados y, cuando parecía ocupar un lugar mucho más opaco en la plantilla, Álex ha sabido aprovechar al máximo su oportunidad para deleitar a su afición y ser hoy la revelación de un equipo donde ya es un referente.