Crónica: Real Betis 83 – Obradoiro 77. El Betis cogió su pesada mochila y lanzó las piedras al rival

Blake Schilb jugó su mejor partido desde que llegó, creciendo a la par del equipo (ACB Photo/F. Ruso)
Había miedos en San Pablo, gradas medio vacías, caras de preocupación. Llegaba el Obradoiro, que si la temporada pasada fue el rival que nos dio la puntilla, ésta vez llegaba con unos números que hacían temer otra sonora derrota. Pero por fin el Betis despertó, aunque a medias.
Arrancaba el partido con un toma y daca en ataque, y un silbar despreocupado en defensa en ambos conjuntos. Estadísticas similares en ambos equipos que parecían luchar por el mismo objetivo, aunque el rival éste año parece apuntar más alto. El punto de inflexión llego tal vez con la segunda falta de Pustovyi, referente en ataque del cuadro gallego. Cometió ambas en apenas 30 segundos. Parecía que se iría el equipo visitante arriba en el marcador, pero un triple de Kelly y un robo con canasta posterior de Schilb le dieron la vuelta para acabar el primer cuarto con una ajustada victoria por 22-21
Aprovechando la ausencia del pívot ucraniano el Betis castigó al rival, de tal modo que el suplente de lujo Radovic se puso con dos faltas al poco del comienzo del segundo cuarto. Empezaba a abrir diferencias el Betis, el robo entre Úriz y Schilb o el posterior 3+1 de Úriz hacían más sangre en los gallegos. Úriz dejaba claro en el encuentro de hoy que puede ser el base titular sin problemas a pesar de su juventud y falta de experiencia en ACB. Un Obradoiro cada vez más noqueado solo encajaba golpes sin saber de dónde venían, la diferencia se hacía cada vez mayor para asombro de propios y extraños. Triple de Cruz, triple sobre la bocina de Draper, Schilb a la contra, el Betis era un festival anotador en ataque. El parcial del segundo cuarto fue demoledor para los visitantes que solo pudieron anotar cinco puntos. 25-5 para un total de 47-26 al descanso.
Se las prometía muy felices el Betis, que en toda la temporada no había desplegado un poder ofensivo tan demoledor, ni una defensa tan sacrificada. Pero le pudo la relajación y el rival salió a matar. Vino de perlas que Pustovyi se pusiera con tres faltas al inicio del tercer cuarto y le señalasen la cuarta antes de llegar a los cinco minutos del cuarto. Radovic no le iba a la zaga y vio la cuarta a falta de dos minutos para terminar el tercero. Eso fue lo positivo, porque el rival tuvo menos errores y asfixió al Betis para que cometiera más. La debilidad psicológica con diez derrotas empezaba a hacer temblar las rodillas, a no querer el balón y a agachar la cabeza en defensa. Acabó 19-28 el tercero donde casi devolvía la moneda del segundo, ese casi significaría mucho a la postre. El marcador reflejaba un engañoso 66-54
Siguió el Obradoiro en modo aniquilador, y el Betis en modo tierra trágame que aquí no pinto nada. 2-7 de parcial y Quintana intentaba dar un toque de atención, o espabilaban o caerían de nuevo, y habiendo llegado al descanso con +21 sería para plantearse muchas cosas. Como agua de mayo llegaban las eliminaciones de Radovic y Pustovyi, lo que mermó mucho el juego interior de Obradoiro, aunque no lo supiese aprovechar el Betis más empecinado en no ahogarse con sus propias manos. El reloj no quería correr, y las manos eran cada vez más blandas en unos verdiblancos a los que les quemaba demasiado el balón. Seguía recortando diferencias el cuadro gallego que hacía mucho que había bajado de la barrera de los diez puntos. Alternaba los ocho y diez la diferencia durante unos minutos hasta el eterno minuto final. Se entraba en el último minuto con dos tiros libres anotados por Thomas que dejaban un cardiaco 76-72 atacaba el Betis y como hemos visto muchas veces éste año se ahogó en ataque. Pero la providencia, o un Blake Schilb en estado de gracia, quiso que el triple mal tirado con la posesión agotándose y con un rival encima entrase cuando en otras ocasiones ni tocaba aro. 79-72 y la grada casi respiró tranquila, pero aun quedaba tela que cortar. Quintana realizaba cambios típicos de balonmano, para atacar metía a Úriz para correr y tener un mejor acierto en caso de ir a la línea de tiros libres, para defender daba entrada a Anosike, que desde el tiro libre presenta una de las mecánicas más horribles que se puedan ver en un profesional. Kelly y McGrath cumplían desde el tiro libre manteniendo las diferencias. Acabó el encuentro con los tres tiros libres anotados por Thomas que solo sirvieron para maquillar el marcador. Brazos arriba y varias toneladas de piedras fuera de la mochila, el equipo disfrutaba por fin de la victoria.
Sigue farolillo rojo el Betis, pero recorta diferencias con los que le preceden. La próxima jornada el Betis viaja hasta Murcia para medirse al UCAM que hincaba hoy la rodilla ante el Real Madrid tras forzar la prórroga con triple de Thompkins. Llegará dolido y con ganas de revancha el conjunto pimentonero ante un Betis que deberá seguir creciendo y cogiendo confianza.
Real Betis (22+25+19+17) 83
Draper (5), Nelson (3), Schilb (23), Kelly (21), Anosike (2) -quinteto inicial-, Golubovic (10), Úriz (9), Alfonso Sánchez (-), Cruz (5) y McGrath (5).
Obradoiro (21+5+28+23) 77
Pozas (12), Matt Thomas (17), Bendzius (9), Llovet (16), Pustovyi (10) -quinteto inicial-, Radovic (4), Spires (-), Navarro (-), Laksa (-), Sábat (3), Corbacho (3) y Simons (3).
Árbitros
Pérez Pizarro, Serrano y Sánchez Mohedas. Eliminaron por cinco personales al visitante Pustovyi y Radovic (min. 35).
Incidencias
Partido correspondiente a la undécima jornada de la fase regular de la Liga Endesa disputado en el palacio municipal de los deportes de San Pablo de Sevilla ante 2.000 espectadores.

Noticia por Dejan Boyerovic
Amante del baloncesto y bético de nacimiento. Escritor aficionado y periodista frustrado, que desahoga sus ganas de escribir colaborando en la web. Ahora con el Betis Energía Plus intento despertar la pasión por el baloncesto entre los béticos de Manquepierda.