Crónica tardía para una muerte anunciada: R.C. Celta – Real Betis (4-2)

Joan Verdú disputa el Balón ayer en Balaídos
Foto: eurosport.yahoo.com

Pocas palabras salían anoche tras el enésimo varapalo que este equipo da a una afición que siempre responde y pocas veces, este año nunca, se lleva alegrías. Esta crónica, contracrónica, o como queramos llamarla sale horas después, pero lo hace por respeto al sentimiento que este club representa y que algunos parecen no comprender.

Para los más optimistas, si es que aún queda alguno, podríamos hablar de la intensidad del equipo durante muchas fases del partido, de la recuperación de Rubén Castro que volvió a marcar por partida doble, algo que solo Salva Sevilla, ante el Valencia C.F. había conseguido o de ese «efecto Calderón» que muchos esperábamos y que, aunque no tuvo el resultado que queríamos si fue patente en el campo, con una mejor actitud y más llegada al área rival. Eso fue quizás, lo más positivo de la fría noche de ayer en Vigo.

Pero hay que ser realista y, aquí esos optimistas de los que hablábamos, rara avis en heliópolis a estas alturas de la temporada, es cuando deberían dejar de leer si quieren seguir siéndolo. Porque podemos apelar al #SiSePuede, a eso de que el Betis nunca se rinde, podemos tirar de sentimientos para creer, podemos volver a caer en eso de que el próximo partido es una final (¿Ganaremos alguna?) o incluso volver a centrarnos en el discurso de quienes visten este escudo con el «vamos a darlo todo». Podríamos embelesarnos con palabras bonitas que hablan de sentimiento o de orgullo, pero que este equipo tiene un pie y medio o incluso los dos en segunda y que estamos con el barro hasta los talones, no nos lo quita nadie.

Quedan puntos que hacen que matemáticamente pueda haber esperanza, pero no nos engañemos. Este es el peor equipo de la historia de la liga desde que se suman los puntos de tres en tres. Motivos para que esto sea así, muchísimos.

En primer lugar una falta de calidad pasmosa en muchos de los que deberían sacar esto adelante. Parece mentira que futbolistas de primer nivel sigan despejando un balón blandito al centro para que quede franco al delantero. Que siempre haya alguien libre de marca al segundo palo en cualquier centro que viene desde la banda en defensa. Despejes que chocan en jugadores de tu propio equipo y quedan a los pies del rival y muchos otros detalles que dejan sin palabras al aficionado.

Y eso que el Betis comenzó adelantándose en el marcador, algo raro este año. Cuando iban 15′ de partido sin recibir un gol, casi que se respiraba incredulidad viendo el transcurrir de la temporada. Pero llega Orellana, con 1’60 y le gana la partida con suma facilidad a un Paulao que le saca varios centímetros, y te preguntas como puede pasar. Y con esto pasamos también al cuerpo técnico, que tampoco puede escapar ileso de este nuevo desastre.

Quizás el más excusable de todos sea precisamente Gaby Calderón, que en su primera semana ha tenido que lidiar con un club, que es un torbellino y que arrasa con todo lo que tiene, que no con los rivales. Poco tiempo ha tenido el argentino para trabajar el equipo, reunido en materia de fichajes, luchando con el tema institucional y mandando mensajes de motivación a plantilla y afición. Por supuesto no es máximo culpable pero el partido de ayer estaba mal planteado. Es de sobra conocido que el Celta de Vigo es un equipo algo blando atrás, que sin embargo cuenta con talento arriba, especialmente en los costados y entre lineas. Por ello, es un suicidio deportivo salir al terreno de juego con dos mediocentros y dos mediapuntas. Prácticamente fue una invitación al rival para que los Orellana, Nolito, Alex López, Rafinha y compañía encararan a Juanfran y Nacho una y otra vez para buscar el centro al área.

Y es que nadie duda de que en esta plantilla falta calidad, pero si encaras a Nacho, y los que tienen que bajar a ayudar son Salva Sevilla y Verdú, dos futbolistas con visión para los últimos metros pero escaso repliegue y juego defensivo, pasa lo que ocurrió en el segundo gol, Nacho desbordado ante la subida de Hugo Mallo, Salva desfondándose en la ayuda y centro con cabeceo a placer de Charles. En el tercer gol, la misma jugada. Nacho a tapar, dobla Hugo Mallo que centra y tras una serie de rechaces llega el balón a Orellana, ayer Maradona, y marca de nuevo. En apenas un cuarto de hora, no solo se remonta el partido sino que el Celta puso tierra de por medio. Las culpas probablemente se las llevará Nacho, y Juanfran que despeja al centro (y que incomprensiblemente volvió a hacerlo en el cuarto tanto gallego), pero es imposible acudir con un solo hombre a tapar a dos que tengan un nivel decente. Sencillamente imposible. Por todo esto, el planteamiento del Betis y la alineación fueron, en opinión de un servidor, erróneos, aunque como decimos, todo lo que ha envuelto al nuevo técnico en su llegada hace que algo podemos disculparlo. En una sola semana no vas a inculcar todos los conceptos y tu estilo al equipo.

Casi que obviamos los goles de Nolito y Rubén Castro porque son más de lo mismo. La realidad de este Betis, podemos colocarnos en la cabeza cualquier mensaje de esperanza, es que es uno de los peores equipos de la historia de la liga, el más goleado y el menos goleador de primera división y que tiene una falta de calidad en la plantilla, que para el bético llega a ser frustrante y decepcionante. Y no nos engañemos, puede que el entrenador imprimiera carácter al equipo pero no planteara bien el partido y puede que haya jugadores a los que falta calidad para competir en este club pero los culpables también están arriba. Un equipo con las carencias de este Betis, que tiene una oportunidad de oro para reforzarse en el mercado invernal antes de tiempo con la desgraciada lesión de Xavi Torres, y que a 25 de enero solo haya llegado un jugador… Puede ser por dejadez, por incompetencia o por indiferencia, puede ser que no se crea desde arriba en la permanencia aunque el mensaje haya sido otro o que se crea en los jugadores que hay aunque ya hayan demostrado que algunos no llegan, pero si ya causa rubor tener varios millones de euros ahorrados después de tirar siempre por lo bajo en los fichajes estivales, más aún lo es no reforzar al equipo en invierno cuando la diferencia con la salvación menor y cuanto menos, salvable.

Y dejémonos de discursos porque esto no lo salvaba ni Mel, ni Garrido, ni Calderón, se aceptan las opiniones que creáis convenientes, pero los culpables están en todos los estamentos y las soluciones no es que no se hayan encontrado, es que parece que ni se han buscado. Podemos volver a hablar del «Si se puede», del «Betis no se rinde», o de fichajes, pero la realidad es que la esperanza de la gente cada vez brilla más por su ausencia y si hay algo seguro, lo único seguro más allá de todo lo comentado, es que esta afición y esta institución, no se merecen lo que están haciendo con ellas.

Noticia por Jorge M. González

Apasionado del fútbol internacional y Social Media Manager. Me gusta seguir ligas extranjeras y a las jóvenes promesas de todo el mundo. Sígueme en twitter para compartir afición: @jorgegonex

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