Dar cera, pulir cera
El Atlético de Madrid es un equipazo. No es fruto de la casualidad que sea el segundo clasificado de la Liga española. Cuenta en sus filas con jugadores muy buenos, desde un porterazo increíble hasta un goleador crónico. Por eso no es comprensible la cera que reparte.
En la ida de los Cuartos de final de la Copa del Rey dio buena muestra de ello. Los jugadores del Betis recibieron golpes y patadas de todos los colores, bajo la complaciente mirada de Undiano Mallenco. Gabi, Arda, Mario, Raúl García y, sobre todo, Diego Costa, desplegaron un repertorio de agarrones, empujones, patadas, pisotones y codazos de todos los colores. La única explicación lógica que le encuentro al carácter duro, aguerrido y en ocasiones violento de los colchoneros es que el equipo es fiel reflejo del entrenador que tiene. Todos conocemos como se las gastaba Simeone cuando era jugador, sobre todo Julen Guerrero.
Aún así, los béticos jamás se arrugaron y sólo la mala puntería le privó de sacar un resultado más positivo. Toca machada en la vuelta. Ah, y espinilleras nuevas, que las de ayer estarán para tirarlas a la basura.
