De cuando el Betis cuidó del Cádiz
Betis y Cádiz siempre se han llevado bien. Cercanía, equipos de filosofía más que similares y, por qué no, las rivalidades de ambos con el Sevilla también ayuda a que verdiblancos y cadistas compenetren tan bien.
Esta buena relación llegó a su punto álgido en 2001. El Cádiz deambulaba por Segunda B con una situación extradeportiva más que preocupante. A pesar de la »buena» situación deportiva del club, que finalizó el campeonato en primer lugar en 2ªB (finalmente no consiguió el ascenso de categoría), Rafael Mateo, Antonio Mendoza y Antonio Muñoz se sucedieron como presidentes de una entidad que estaba más cerca de la disolución que de la continuidad.
Los jugadores amarillos no cobraban, la situación era inquietante e incluso varios miembros de la plantilla cadista viajaron a Madrid para manifestarse ante la sede de los propietarios del club. Un viaje que no tuvo recompensa alguna.
Fue entonces cuando apareció el Betis, que esa temporada había conseguido el ascenso a Primera, con Lopera a la cabeza. Dio al Cádiz 25 millones de las antiguas pesetas, además de una participación de forma gratuita en el Trofeo Carranza, que reportó a las arcas del club dinero procedente de las taquillas de los partidos, así como de las televisiones.
Fue así como las relaciones entre sevillanos y gaditanos quedaron plasmadas en un papel, firmadas ante notario y selladas por béticos y cadistas, en una amistad que acumula ya varios años, que suma muchos partidos especiales entre ambos equipos pero que no está exenta de polémicas.

Noticia por Jesús Navarro Mayone
Crecí viendo a Inzaghi hacer goles. A Nesta cortando balones y a Makélélé barrer jugadas. A Cafú subiendo la banda y a Palermo rematando. Ahora intento escribir todo eso. También en Twitter: @JesusNavarroM.