El Betis abre los ojos (Diario de Sevilla)
El club aleja el fantasma de Oliver en un almuerzo de hermandad del que el equipo, principal bastión de su futuro inmediato, sale satisfecho · Gordillo brinda su apoyo, pero sin presionar a los futbolistas.
El médico Tomás Calero se refugia en un paraguas que sostiene Pepe Mel.
En su gobierno populista, Luis Oliver fue para la plantilla como ese mal padre al que los hijos adoran sólo porque les da todo lo que piden y más, y no les niega ningún capricho. Similar en algunos de esos aspectos al propio Lopera, el nuevo consejo, lógicamente, no puede seguir diversos procederes alegales inmerso como está en un concurso de acreedores en el que un juez mercantil tiene la última palabra.
No es que la plantilla no se haya adaptado a los nuevos y regulados tiempos ni que por ahí alguien quiera buscar -existe hasta quien lo encuentra- la génesis de una crisis que sólo atañe a motivos deportivos, pero sí es cierto que desde la llegada de Rafael Gordillo, José Antonio Bosch y compañía los futbolistas se han sentido algo desprotegidos. La cercanía del ex dirigente okupa en pos de ganarse con su zalamería a los jugadores no ha tenido continuidad en los nuevos consejeros, entre otras cosas porque el propio presidente, que ha sido cocinero antes que fraile, ha estimado oportuno guardar las distancias, como a él le gustaba en su día que se mantuviesen.
Ello no quiere decir despreocupación, más bien al contrario, ya que el único objetivo siempre fue no entorpecer, y así se lo hicieron ver ayer los consejeros a la plantilla en un almuerzo conjunto en la nazarena Hacienda Los Molinos de Maestre.
Gordillo fue el primero que se dirigió a la plantilla para decirle que la principal labor del nuevo consejo, durante el tiempo que permanezca, será ayudarlos para hacer el Betis más grande posible. Conocedor de la idiosincrasia del profesional del fútbol, en ningún momento presionó el presidente a los suyos hablando del objetivo del ascenso ni de la necesidad de éste para la supervivencia económica de la entidad, algo que ímplicitamente todos los comensales dan por sabido incluso desde los inicios del curso.
Los consejeros se presentaron, les brindaron su apoyo profesional a los futbolistas, incluso les dejaron sus teléfonos de contacto y, antes de sentarse a la mesa, los más desconocidos dialogaron en los distintos corrillos que se formaron.
Los tres administradores concursales también fueron invitados a la comida y, como auténticos especialistas, e igualmente se pusieron a disposición de cualquier problema contractual que pudiesen tener los jugadores.
«La cercanía con la plantilla es permanente, solemos compartir momentos, sobre todo en los desplazamientos. Está bien que también nos veamos en un ambiente más distentido como en esta comida, donde todos estamos un poco más relajados que en los viajes. La intención es que todos se sientan más respaldados si cabe y que ojalá influya para salir de este bache de resultados», comentó en la radio oficial Miguel Guillén, el único portavoz oficial en este sentido.
Por parte de la plantilla fue el primer capitán, Arzu, quien llevó la voz cantante y agradeció el apoyo brindado por los distintos administradores y consejeros del club, la vez que prometió el trabajo de la plantilla.
En definitiva, en una comida en la que estuvo incluso el chófer del autobús oficial pese a algún olvido inexcusable, la plantilla, que es la garante del futuro inmediato de la entidad porque sin ascenso puede decirse que apenas hay futuro, se encontró con el nuevo Betis, con el real, no con ese cuento de hadas que otros malintencionados quisieron hacerle ver. Aunque también es cierto que el propio Oliver ya les dijo a los futbolistas a primeros de temporada que la deuda pendiente anterior iría en el concurso y que no habría prima establecida oficialmente por el objetivo del ascenso a Primera. No obstante, ayer los ojos se abrieron aún más a la realidad.

Noticia por Fran Vega
Bético de nacimiento, fascinado en captar instantes en verdiblanco e interesado en todo lo que rodea al equipo de las trece barras