El Betis evita congelarse en Soria (1-2)
Importante y valioso triunfo el que cosechó el Betis en su visita a Soria inmerso en un témpano glacial. Con una temperatura de dos grados durante todo el encuentro, el conjunto verdiblanco se llevó los tres puntos gracias a ligeros destellos de su estilo rápido, directo y eficaz arriba. A pesar de todo, se vio superado en juego por un Numancia que, aunque se adelantó y mereció más, perdonó, y eso en el fútbol tiene un duro castigo.
No comenzaron las cosas como Mel soñaría. El Numancia saltó dispuesto a no pasar ni pizca de frio y arrinconó a los verdiblancos en su campo. Tan agresivo fue su arranque que después de dos internadas de un Cédric muy guerrero todo el choque, y el posterior disparo al larguero de Barkero, Nano firmaba el 1-0. Diez minutos y el partido cuesta arriba.
Los andaluces no empezaron a ver fútbol claro hasta el penalti cometido sobre Jorge Molina, que transformó Emaná y que le supuso la roja directa al central numantino Pavón. A partir de ese instante, el Betis se encontró con el juego por las bandas, rápido y directo como acostumbra esta temporada y la igualdad en ambos conjuntos convertía el choque en un espectáculo. Sin embargo, la pegada verdiblanca, o mejor dicho, la de Rubén Castro, marcó la zona donde el equipo había sido superior a su rival antes del descanso: la delantera. Tras el primer gol del canario en el partido, su segundo no acabó de subir al luminoso por capricho del colegiado murciano, Bernabé García, que llegó a señalar la validez del tercer tanto para inmediatamente después anularlo y amonestar al matador isleño del Betis.
El Numancia nunca renunció a pelear por el encuentro, pese a contar con un hombre menos sobre el césped de Los Pajaritos. Todo lo contrario. Carlos Unzué apostó por el joven delantero Gerard para buscar más mordiente arriba mientras que Pepe Mel quitaba a Molina por Cañitas. Un ejemplo que define el ritmo que tomó el choque al cabo de una hora.
Con el paso del tiempo, el partido se embarullaba. A falta de veinte minutos, el Betis, que se conformaba con la pírrica ventaja de un gol, jugaba a especular con el esférico y, en contadas ocasiones, a sorprender a la contra, con un Emaná rápido, veloz y potencialmente mortal para la meta numantina. Esa filosofía de juego casi le cuesta el empate al conjunto verdiblanco de no ser por la gran intervención de Goitia en el disparo de Cédric, al culminar una contra.
Aun así, y pese al interés que puso un Numancia muy superior en juego global, el luminoso no volvió a moverse. El Betis certifica un gran resultado que le mantendrá líder indiscutible otra semana más gracias a la labor que cuajó en la primera mitad haciendo gala de su pegada, pero que evidencia signos de cierto conformismo. Tal vez se deba a un iglú llamado Los Pajaritos.
Onces:
Numancia: Eduardo; Flaño, Jaio, Pavón, Nano (Del Pino, min. 73); Nagore, Dimas Garmendia (Víctor Andrés, min. 76); Cedric, Barkero e Iñigo Vélez (Gerard, min. 65).
Real Betis: Goitia; Isidoro, Roversio, Dorado, Nacho; Iriney, Juande, Salva Sevilla (Miguel Lopes, min. 73); Emana (Rodri, min. 80), Rubén Castro y Jorge Molina (Cañas, min. 60).
Goles: 1-0, min.10: Nano. 1-1, min. 22: Emana, de penalti. 1-2, min.28: Rubén Castro.
Colegiado: Bernabé García: Expulsó a Pavón con roja directa. Mostró amarilla a Roversio, Rubén Castro, Iriney, Cañitas y a Jaio.
Estadio: Los Pajaritos. Cerca de 4.000 espectadores. Dos grados de temperatura. Aproximadamente 300 hinchas verdiblancos.

Noticia por Miguel Rolle
Periodista Manque la crisis. En busca de la piedra filosofal que me muestre cómo vivir de mi sueño. Hasta entonces, trabajo y esfuerzo son mis lemas, que ya habrá tiempo para dormir cuando el tiempo se acabe.
Me quedo con la jugada en que Emaná estrella el balón en el palo, que parece la de Xavi y Messi en el Bernabeu el año pasado, y con el hecho de haber conseguido los tres puntos sin merecerlo, síntoma de un equipo ganador.