Esnaola: «Tuve la oportunidad de ir al Betis y llevo ya 38 años»

Foto: Estadio Deportivo
Aprovechando la presencia del Real Betis en tierras vascas, el portal Noticias de Gipuzkoa ha publicado una entrevista a José Ramón Esnaola, de la que hemos realizado un pequeño extracto.
El actual entrenador de porteros verdiblanco ha repasado una carrera futbolística que se inició en una playa de Lasarte y que finalizó en Heliópolis, donde recaló siendo el guardameta titular de la Real Sociedad: “Mi salida se produce, primero, porque se interesa el Betis y, segundo, porque tenía por detrás a Artola, Urruticoechea y Arconada, que venían pegando fuerte y pensé que no tenía más remedio que salir. Tuve la oportunidad de ir al Betis y llevo ya 38 años”.
Precisamente en partido frente al cuadro verdiblanco cambió su destino: “yo tenía 21 años y el Atlético se interesó por mí. Firmé un contrato y tenía que ir al reconocimiento médico a Madrid, pero me echaron para atrás porque tenía una lesión en el maléolo tibial que me había hecho, curiosamente, en un Real Sociedad-Betis, para que veas cómo es la vida”.
Sin duda, quedará en el recuerdo de todos su actuación en la final de Copa de 1977: “Son recuerdos inolvidables, aunque tengo que decir que lo pasé francamente mal porque pensé que si yo fallaba el penalti, y después marcaba Iribar, perdíamos el campeonato. Recuerdo, incluso, que después de marcarlo, cuando me crucé con Iribar, le di la mano y le pedí disculpas. Me sentía en cierta manera culpable”.
A pesar de sus números en ambos equipos, no llegó a ser internacional debido a su altura: “Bueno, eso debería preguntárselo a Kubala, que en paz descanse. Él decía que yo era muy bajito cuando era seleccionador. Me convocó en una ocasión, pero lo hizo por la presión de la prensa. No llegué a debutar”.
Para finalizar, destacamos una anécdota con Lev Yashin,”La araña negra”: “Cuando yo debuté con el Betis en el Trofeo Ciudad de Sevilla nos enfrentamos al Dinamo de Moscú. En una jugada me lancé a por un balón y un contrario me dio con el pie en la cara, me hizo una brecha y me tuve que retirar. Casualmente, el Dinamo de Moscú estaba en el mismo hotel que nosotros. Yashin se acercó a mí y me entregó una moneda rusa. Me dijo que él también había estado dos veces en el hospital con conmoción cerebral y me dio ánimos”.
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