Postpartido: ¡Es de Primera, el Betis es de Primera!
Me van a permitir saltarme las reglas del Postpartido. Hoy no hay valoraciones. Lo que se vivió ayer en el Benito Villamarín es mucho más grande que hablar de fútbol. Pasión, sentimiento, amor a unos colores. El Real Betis Balompié debía una a las 50.000 personas que se dieron cita en el feudo verdiblanco. ¡El Betis es de Primera División!
Y lo hizo por la puerta grande. No se esperaba menos en un estadio lleno hasta la bandera, que animó del minuto uno al minuto noventa, bajo la lluvia que aparecía en una noche mágica para el beticismo que difícilmente se podrá olvidar.
Salieron los de Pepe Mel, como de costumbre está temporada, algo espesos en el juego. Los madrileños se lo creían y el primer tanto de los de Bordalás estuvo cerca a las primeras de cambio. A partir de ahí, afición y plantilla fueron una piña para hacer lo demás. 3-0, goleada y objetivo resuelto. De nuevo, las botas del canario que deleita cada fin de semana a la afición heliopolitana volvieron a aparecer en un día clave. Rubén Castro fue el autor de los dos primeros tantos en la tarde-noche de ayer para colocar en su casillero treinta y dos dianas. Si señores, treinta y dos.
La defensa, sería en el día de ayer, contó con la presencia de un invitado que ha aparecido poco durante esta temporada: Cristiano Piccini. El italiano, de nuevo, cumplió, y mucho. Mostró su potencial ofensivo y demostró maneras en defensa, algo que puede servirle para, a pesar de las numerosas lesiones sufridas esta campaña, seguir contando con él en la Liga BBVA. Además, Varela estuvo como de costumbre correcto y equilibrado en labores ofensivas y defensivas.
Los goles iban cayendo y Jorge Molina sería el encargado de situar el tercer y definitivo tanto en el marcador. A pesar de quedar aún dos encuentros para el final de la competición doméstica, se puede decir que el del alcoyano es el último gol como equipo de Segunda División. El Betis viajará a Tenerife y se despedirá en el Benito Villamarín con el título de la Liga Adelante bajo el brazo y cantando a los cuatro vientos que sí, que es equipo de Primera División. Siempre lo fue. Su historia lo dice. Su afición lo ha venido demostrando cada partido y en cada rincón de España.
No es fútbol, queridos lectores. Es algo más. Pocos equipos pueden presumir de lo vivido ayer. Los que confiamos siempre tuvimos claro que, más temprano que tarde, este quipo acabaría en Primera División. Nunca ha mostrado un fútbol brillante. Le ha costado ganar partidos que, a priori, deberían haber sido asequibles. Pero lo que había arriba era más que suficiente para estar hablando hoy de una gran gesta. Rubén Castro y Jorge Molina, Jorge Molina y Rubén Castro. La mitad del ascenso, para ellos. Sus goles, su dedicación y su compromiso con el club han sido dignos de elogio. Cuando todos quisieron acabar con ellos, con su periplo como verdiblancos, ellos aparecieron para llevar al Betis a Primera División.
Pero, sin duda, el ascenso es de todos. Es de toda la plantilla, que luchó hasta el último minuto y que ha luchado toda la temporada, reflejo de ello son los ochenta y cuatro puntos que han sido necesarios para volver a la máxima categoría del fútbol español. Desde la portería, defendida por un inmenso Antonio Adán, hasta la línea atacante. Portillo, Pacheco, Kadir, N´Diaye, Xavi Torres, Figueras, Bruno, Lolo Reyes, Varela, Ceballos… todos tienen culpa de la sonrisa con la que todos los béticos han despertado hoy y han marchado a sus respectivos trabajos, a sus respectivas escuelas.
Cuerpo técnico, con Pepe Mel a la cabeza, médicos, recuperadores físicos, medios de comunicación. Este ascenso es de todos pero, sin duda, este ascenso va para la afición. 30.000 personas de media cada encuentro en el Villamarín. Más de 1.000 en cada campo de España. El año tan duro vivido la pasada campaña debía ser recompensado. Pero esto no debe quedar aquí. Esta entidad es demasiado grande como para seguir con los conformismos. El bético debe ser exigente. Debe querer más y debe olvidar ya la fiesta vivida ayer en el Villamarín para buscar retos ambiciosos. Retos que, con la directiva presente y por fin un director deportivo a la altura, parecen más cercanos. Retos que hagan disfrutar al bético y olvidar muchos años de sufrimiento.
El último aliento ayer, ante el Alcorcón, devolvió la sonrisa al beticismo. Ahora sí, la Liga BBVA abre sus puertas para recibir al grande de Andalucía. El Real Betis Balompié está de vuelta.