Especial derbi: «El flaco» se comió a «el gato»
19 de marzo de 1978, Domingo de Ramos y huelga de la hostelería en la ciudad. Ese es el contexto de la historia de un derbi sevillano muy recordado por ambas aficiones y, sobre todo, por dos hombres: el meta Gustavo Fernández y Julio Cardeñosa.

Imagen: Fiebre Bética
El Betis, que finalmente terminó descendiendo a Segunda División tras ganar la primera Copa del Rey el año anterior, llegaba al partido tras caer derrotado (con odisea viajera incluida) en la recóndita ciudad de Tiflis (Georgia) por 3-0 ante el Dinamo de Moscú, lo que supuso su eliminación (en el Villamarín empataron a cero) en los cuartos de final de la ya desaparecida Recopa de Europa. Sin embargo, en las jornada 26 de la temporada 1977-78, los pupilos de Rafael Iriondo ganaron al eterno rival (3-2) con una actuación para el recuerdo de Cardeñosa. «El flaco» consiguió en un mismo partido anotar dos goles de falta directa, uno por cada escuadra de la portería sevillista en este caso. Su víctima fue el meta uruguayo Gustavo Fernández, conocido como «el gato», que no olvidará nunca esta fecha.
El Betis saltó al terreno de juego con un once formado por Esnaola, Bizcocho, Biosca, Muhren, Gordillo, López, Alabanda, Cardeñosa (Eulate), García Soriano, Hugo Cabezas (Del Pozo) y Anzarda. Y por el lado nervionense actuaron Gustavo, Juanito, Gallego, Rivas, San José, Pablo Blanco, Rubio, Yiyi (Varela), Montero, Biri (Scotta) y Sánchez Barrios.

Imagen: colussoscontrakukletas.blogspot.com
Todos los goles fueron anotados en la primera mitad. El conjunto verdiblanco se adelantaba en el marcador en el minuto 6 tras una falta lanzada con efecto por Cardeñosa que sortea la barrera y se cuela en la portería de Gustavo. El empate sevillista llegaría en el 22 con una contra sevillista en la que participaron Biri, Sánchez Barrios yYiyi y que ejecutó Montero de certero cabezazo, pero tan sólo 8 minutos después volvería a adelantarse el Betis por medio del oportunismo de López que cabeceó a la red una falta indirecta de Cardeñosa y ya en el 40 el propio jugador vallisoletano botaría de nuevo una falta de forma magistral y anotaría el segundo en su cuenta particular ante el delirio y la admiración de la grada. Y, por último, el 3-2 final lo puso Biri de penalti tras derribar Biosca a Yiyi en el área defendida por Esnaola y decretar el mítico colegiado Guruceta la pena máxima.
En definitiva, y como reza nuestro titular, «el flaco» se comió a «el gato».
Cien años que yo viviera siempre lo recordaré.
Aún anda Gustavo Fernández pensando como el Flaco pudo limpiarle las telarañas a las dos escuadras de la portería de gol norte.