Especial Derbi: «Mi derbi», por Miguel Cejudo

Portada de ABC 22-04-80
Este sábado a las 22 horas, la ciudad dual volverá a vivir un nuevo episodio de su luenga historia cainita. Una vez más se partirá en dos como orográficamente hace con ella el Río Grande; pero esta vez la ruptura es emocional.
De nuevo tremolarán banderas, las gargantas desafiarán a la afonía, los corazones acelerarán su cadencia y las miradas se tornarán vítreas, mientras noventa minutos otorgarán la supremacía a los vencedores y confinarán en las mazmorras del oprobio a los vencidos. Vuelve el Derbi.
El escenario de tan descomunal batalla donde se pone en juego el orgullo, que va mucho más allá de lo balompédico y alcanza lo social, volverá a situarse allá donde las palmeras terminan de ornamentar la gran avenida, justo ahí se alza majestuoso e imponente el hogar, antaño secuestrado y hogaño recuperado su nombre original, de todos lo béticos. Vendrán los rivales en complicada situación, con el pasaporte en el cajón desde agosto, sin posibilidad de verle el rostro de cerca a Su Majestad por gracia levantina, con una planta noble donde su máximo exponente rinde cuentas con la justicia y con un entrenador puesto en entredicho. Todos estos problemas no hacen más que convertir al enemigo en mucho más peligroso si cabe. Espera un servidor a un rival plantarse con los siguientes peones sobre el tablero verde. Con Javi Varas guardando el arco, defensa de cuatro, presumiblemente con Martin Cáceres en el lateral diestro, pareja de centrales con Fazio y Spahic y Luna o Navarro en el costado zurdo, un presumible trivote con Medel, Trochowski y Rakitic las bandas para Reyes y Navas y en punta Negredo.
Duro enemigo para el Betis al que se la ha caído en la batalla en tierras nororientales el mejor valladar defensivo de nombre Mario. Tamaña contingencia debe ser suplida por un roteño que es todo corazón cuyo cabello ensortijado debe prevalecer en la retaguardia acompañando al siempre efectivo Dorado, de ahí en adelante cuenta el autor de » el mentiroso» con todo su arsenal, Iriney, Beñat y Salva pueden formar el trivote para contrarrestar el trío foráneo rival y arriba un canario, un paraguayo y un trianero deben crear pesadillas para la zaga que vestirá de rojo. Todo esto son supociones, después cada técnico decidirá la estrategia y las herramientas.
Visto a priori puede parecer que el rival tenga mejores medios para la batalla, muchos internacionales jalonan las huestes de Nervión, pero hay algo en que ganamos…
El rival tiene muchos elementos que no saben de qué va esto, jugadores foráneos que poco entienden de la trascendencia de un derbi, incluso el que los dirige desde el banquillo desconoce la trascendencia de la batalla en ciernes, por más que le hayan contado a este astur, es advenedizo en estas lides, por contra enfrente tendrá a un fundamentalista del beticismo que tilda la batalla del sábado como Guerra Santa.
Otrora se perdieron muchos derbis por ser ellos los que contaban con ese plus desde el banquillo y delegado, pero ahora somos nosotros los que tenemos gentes paridas en la tierra, que mamaron los derbis desde » shiquetitos» que saben y son conscientes que la felicidad de más de un millón de personas está en sus botas, en su sudor y en su corazón. Sentir, luchar, ganar…¡¡Podemos!!