La cantera contraataca
Beñat Etxeberría y Jesús Navas son dos vivos ejemplos del papel que juega la cantera en los derbis sevillanos. Los hombres de la casa contagian al resto el significado de un duelo Sevilla-Betis o Betis-Sevilla. Algo que no siempre se ha trasladado al terreno de juego.
Y es que, si estudiamos el peso que han tenido los canteranos en los últimos 20 derbis que se han disputado, como ocurrirá en esta ocasión, en el Ramón Sánchez Pizjuán, la cantera no ha contado siempre con el beneplácito del protagonismo para estas citas.
La historia reciente nos demuestra que la cantera recupera una importancia capital después de un ligero periodo de ostracismo. Sin ir más lejos, en mayo, el Betis se licenció en territorio hostil por medio de un Beñat que donde puso el ojo puso la bola. Por partida doble (1-2).
En aquella cita en Nervión participaron nueve canteranos, seis locales y tres visitantes. Algo que llevaba 23 años sin producirse. Concretamente, y ciñéndonos exclusivamente al Ramón Sánchez Pizjuán, hace falta remontarse a 1989, donde hubo 10.
En 2012, Beñat encabezó una lista de canteranos en la que también figuraban Pozuelo y Cañas, este último, desde el banquillo. Una cantidad modesta en comparación con la media docena sevillista compuesta por: Javi Varas, Luna, Cala, Navas, Reyes y Luis Alberto.
Para llegar a la decena de canteranos hay que remontarse al curso de 1989, cuando el Pizjuán presenció un Sevilla-Betis que se adjudicaron los de casa por la mínima (1-0). En aquella ocasión, los sevillistas aportaron los mismos que en 2012, media docena; el Betis, cuatro.
Manolo Jiménez, Rafa Paz, Francisco, Martagón, Nando y Ramón, por el lado sevillista, frente a los Chano, Julio, Recha y Valentín, por el bético, para ser más exactos.
Por medio quedan dos décadas donde, descensos, ascensos y playoffs ligueros mediante, las cifras se redujeron ligeramente. En el periodo comprendido entre 2012 y 1989, en cuatro ocasiones hubo ocho canteranos en feudo hispalense y sólo dos en las que se llegó a los siete.
Sin embargo, estas cifras se abultan mucho cuando descendemos hacia el corazón de los años 80. Por aquella época, superar la decena de canteranos en los Sevilla-Betis disputados en el Sánchez Pizjuán era de lo más común.
De hecho, en el Playoff de 1987, donde el Betis derrotó al eterno rival (1-3) merced a los goles de Gail, Gabino y ‘Gabi’ Calderón, participaron nada menos que 18 canteranos, 10 por el lado local frente a los ocho verdiblancos.
Sin duda eran otros tiempos. En 1985 disputaron este duelo en el Pizjuán 16 integrantes, tres más que en el duelo siguiente y uno menos que en 1987. En ellos, sistemáticamente, el Sevilla ha aportado más perlas de sus escalafones inferiores.
Esa distancia, que ponía por delante al cuadro hispalense en lo que a aporte de canteranos en Nervión se refiere, se fue recortando y revirtió de forma drástica en la década de los 2000, llegando al culmen en 2005, cuando el Betis aportó siete perlas por una sola del Sevilla.
Mientras el cuadro hispalense sólo dio minutos a Jesús Navas como canterano, el Betis lució con Juanito, Rivas, Arzu, Melli, Capi, Joaquín y Dani. El mayor número de productos ‘Made in Betis’ en feudo rival desde entonces y hasta la fecha.
Algo que se puede repetir el domingo, siempre y cuando participaran todos los canteranos del primer plantel verdiblanco, lo que resulta difícil. Adrián y Casto forman parte de esa lista, lo que complica repetir tal gesta, a menos que las acciones arbitrales o las lesiones aparezcan.
En aquella cita, la de 2005, el ‘efecto cantera’ se notó, transformando el derbi en un choque igualado y muy abierto. Tanto, que sólo pudo decidirse desde el punto de penalti y fue del lado sevillista, que pese a quedar en inferioridad numérica, se aferró a los tres puntos.
Sin embargo, entre la década de los ochenta y el nuevo milenio hay una etapa oscura para la cantera que tiene por qué: la Ley Bosman. La liberalización del mercado de fichajes en 1995 supuso un desenfreno de inversión en extranjeros que obstruyó las arterias de la cantera.
Aún así, algunos verdiblancos se abrieron camino también en los derbis. Hablamos de los Merino, Juan José Cañas, Márquez y Ureña.
Grandes emblemas del beticismo surgidos desde lo más modesto a los que se unen los Juanito, Rivas, Capi y Joaquín, que ya daban sus primeros coletazos. Y es que, pese a la adversidad, la historia demuestra que la cantera, ante todo, es siempre una inversión segura.
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Noticia por Miguel Rolle
Periodista Manque la crisis. En busca de la piedra filosofal que me muestre cómo vivir de mi sueño. Hasta entonces, trabajo y esfuerzo son mis lemas, que ya habrá tiempo para dormir cuando el tiempo se acabe.