La cuenta atrás traerá el 1-1
En este mundo lleno de elucubraciones, conspiraciones y datos que se cumplen a rajatabla, es lógico pensar en el resultado que se dará el año que viene en el Bernabéu. Apuesten por el 1-1, con gol de Molina por supuesto.
Y es que hace dos años el Betis perdió 4-1 y marcó Jorge. El año pasado cayó por 3-1 y volvió a marcar el de Alcoy. Y ayer 2-1 con gol, como no de Molina. Está claro que el 1-1 se dará en la próxima Liga, y por fin los béticos saborearemos un punto en el Bernabéu. Cábalas y cuentas de la vieja al margen, creo que es de común pensamiento entro los que sentimos en verdiblanco, que no importa en este tipo de partidos tanto el resultado como la imagen. Por desgracia la Liga española es un esperpento y la distancia que Madrid y Barcelona tienen con respecto al resto de equipos es sideral. Por tanto, salir goleado de Chamartín o del Camp Nou es lo habitual. Si lo haces en uno de esos estadios por la mínima y desarrollando un fútbol bonito, elegante y que llene las reservas de esperanza y optimismo de la afición, el resultado es lo de menos. A todo el mundo le gusta ganar, pero cuando es casi imposible, perder de la manera que lo hizo ayer el Betis es un triunfo camuflado.
Eso sí, que nadie dude que el año que viene el empate a un gol será el que figure en el marcador tras el partido. Tiraremos de esta contracrónica para ver si tenía razón. Ojala.

Noticia por Selu Vega
Bético de nacimiento, vocación y pasión. Desde Manquepierda intento acercarme a cada bético que puebla el mundo. Director del grupo Manquepierda.com. Si tienes alguna sugerencia o queja, conmigo puedes hablar. Vivo en Canarias pero tengo el corazón instalado en Heliópolis.
En esta liga mafiosa / bicéfala el que consigue plantar cara y tutear al Mandril o al Farsa, como nuestro Betis, al final de nada te valen los sobreesfuerzos y la posibilidad de una lesión importante, porque enseguida actúan los arbitruchos y nos dejan con la cara partida. Mejor optar como hacen muchos entrenadores contra Mandril y Farsa, dar por perdido el partido desde el principio, que se regocijen con los 5-0, 6-0 o 7-0, y que la liga se la jueguen a cornazos entre los dos en sus partidos directos.