La hora del ordenador de Alemania

Vlada Stosic, durante la presentación de Jefferson Montero. Foto: Real Betis
La afición bética está dividida ante la más que posible venta de Achille Emaná al Al-Hilal saudí. Unos piensan que su marcha va a afectar muy mucho en el rendimiento del equipo y que con el dinero de su traspaso no se podrá traer jugadores de garantías para los puestos que Pepe Mel demanda reforzar. Otros, sin embargo, ven en la venta del anárquico camerunés una oportunidad de crecer en lo deportivo (se podrían acometer los refuerzos que se necesitan) y una forma de tapar unos agujeros que ya son socavones. Eso sí, casi todos coinciden en la idea de que la cantidad de 4,5 millones de euros es bastante baja por un jugador de su nivel.
Como ya comentábamos en otro artículo, todo sería cuestión de equilibrio entre las preferencias del africano y las necesidades del Betis. Las del primero están quedando bastante claras. Emaná estaría dispuesto a jugar en una liga tan inferior como la saudí a cambio de un suculento último gran contrato, algo que terminaría de difuminar una estrella que pudo ser muy brillante y que las malas elecciones han condenado. Y, por su parte, el club verdiblanco que haría caja (no la que se esperaba, eso sí) con su mayor activo deportivo y podría afrontar con más desahogo la confección final del plantel.
Si finalmente se termina produciendo la marcha del jugador, los que de verdad tendrán ante sí un verdadero papelón entre manos son los integrantes de la secretaría técnica bética.
Todo comenzó muy bien con la llegada de refuerzos a coste cero y jugadores con proyección como Matilla, Jefferson Montero o Fabricio, pero estas buenas sensaciones se han ido nublando a medida que pasaban las semanas. Ninguno de los descartes para la próxima temporada ha encontrado acomodo y si a eso le sumamos que se vaya a vender a la estrella del equipo antes de dar salida a muchos profesionales señalados por la grada por su rendimiento y ficha, la situación puede empezar a ser insostenible.
Y a ello hay que añadir la necesidad y la obligación de estos profesionales de encontrar en el mercado los refuerzos necesarios con el dinero que se ingrese por Emaná (si es que finalmente se consuma su marcha). El bueno, bonito y barato tendrá que ser aplicado a la máxima potencia para satisfacer, primero, las peticiones del cuerpo técnico encabezado por Mel y, segundo, los deseos de una afición hambrienta de ilusiones tras muchos años de penurias. Es hora de encender ese famoso ordenador alemán que el mayor creador de sevillismo de la historia se vanagloriaba de utilizar a su antojo para conocer los detalles más variopintos e íntimos (estadísticas futbolísticas, estado civil, vida nocturna, etc.) de los jugadores en los que se tenía interés.
Yo confío en las capacidades y el trabajo del área que dirige Vlada Stosic, pero con la que se avecina…toda ayuda es poca. Suerte y a acertar.