Mel: «Nadie me va a hacer cambiar» (Diario de Sevilla)
Está viviendo su primera crisis como entrenador del Betis. Y aunque puerta afuera pueda pensarse lo contrario, la está afrontando con entereza. Trata de centrarse en dar solución a un problema que, principalmente, es mental, de cierta pérdida de confianza de los futbolistas y las opiniones que se deslizan desde el entorno las entiende como hombre de fútbol.
En todo caso, asiste desde la distancia a los disparos de esas escopetas con la carga añeja que ahora tratan de intimidarlo. Algunas, desde la cobardía. «No quiero leer ni escuchar nada estos días porque, si ascendemos, como así será, quiero mirar a todo el mundo con la mejor cara, y no pensando en que éste dijo o escribió aquello. Pero sólo por eso, porque sé cómo va el fútbol y veo lógico que ahora haya críticas y las acepto», confiesa.
Aislado. Sólo con los suyos. Así vive Pepe Mel sus peores días como entrenador del Betis. Le da vueltas a todo lo que hace y, sinceramente, llega a la conclusión de que el problema tampoco es que sea futbolístico. «Es que hemos ganado jugando de todas las maneras. Lo hicimos bien en Tenerife y ganamos 0-3, y frente al Barça, con Arzu; hemos ganado con Momo y Caffa, también sin Emana… Confianza, eso es lo único que nos falta ahora, confianza», es la conclusión a la que llega.
La confianza, lógicamente, la otorgan los resultados. El equipo la adquirió pronto gracias a un inicio brillante. Quizá ahora no debiera ser tan difícil recuperarla. Ésa es la clave. «La derrota de Granada nos hizo mucho daño en nuestra autoconfianza. Llevo tiempo diciendo que esto no es tan fácil y ha tenido que llegar incluso algún partido más para que la gente vea que era verdad», argumenta Mel, quien rechaza que el equipo haya perdido chispa en las últimas semanas: «¿El 20 de enero ante el Barcelona teníamos un ritmo trepidante y ahora, el 12 de febrero, se ha perdido? No es así».
Quizá por ello no ve Mel la necesidad de apelar a varitas mágicas ni a más cambios que los precisos, porque el método se ha revelado como válido y apenas hay nada que cambiar en este sentido. «Es que yo sé lo que es esto. Si vamos a Valladolid y ganamos, podríamos hasta ponernos primeros otra vez», se queja.
Ha tenido que oír que si había probado durante la semana con extremos y lo varió -lógicamente- por la baja de Juanma, como si los distintos dibujos utilizados durante el curso no estuviesen ya suficientemente trillados. Se le ha criticado que dijese, con cierta atribulación, a poco de acabar el partido y en caliente, que no tenía muy claras las causas de la derrota e incluso se ha descontextualizado la frase en la que decía que su cargo estaba a disposición del consejo. Mel lo entiende, pero aclara una cosa. «Hubo preguntas sobre Isidoro, sobre Goitia y, lógicamente, defendí a mis jugadores, fue la forma de cortar esos comentarios. Ellos son los que nos van a ascender. Yo lo tengo claro y me gustaría que todos también lo tuviesen», espeta el madrileño.
Así, cuando esta mañana se reencuentre con ellos en la ciudad deportiva de Los Bermejales, tiene claro el mensaje. «Lo primero que tengo que hacer es levantar a la gente y después, competir. Eso es lo que tenemos que hacer», se defiende el entrenador bético.
Y con esas premisas, nada de cambiar los métodos. «No podemos volvernos locos, la dinámica de trabajo no vamos a cambiarla, porque la dinámica que hay que cambiar es la de los resultados y eso se consigue ganando en Valladolid. Nosotros tenemos sentadas unas bases y creemos en lo que hacemos y por eso estábamos donde estábamos. Eso lo saben los futbolistas y hay que reforzarlo, porque si cambiamos, estamos muertos», sentencia Mel sobre el particular, no sin apostillar: «A mí nadie me va a hacer cambiar».
Más fríamente analiza la situación. La cuarta derrota no fue a más el domingo tras los pinchazos de Rayo Vallecano y Celta, pero es que con eso se cuenta, ya que si los rivales de los verdiblancos lo ganasen todo… «Prácticamente, no hemos perdido nada, ya que estamos a menos de un partido del ascenso y quedan 18 jornadas. Ése debe ser nuestro planteamiento y reforzarlo. Estamos terceros a dos puntos del ascenso, ése es nuestro presente y ésa es la realidad», matiza.
La derrota frente al Elche no ha variado los planes preconcebidos y la plantilla ha gozado de dos días de descanso que pueden venir bien para aclarar las ideas de más de uno. Mel está deseando reencontrarse con sus hombres y, más allá de la ayuda que reciba de Patricia Ramírez -la psicóloga-, quiere ver el estado anímico de sus futbolistas. «Estoy convencido de que vamos a salir de esta situación, que es delicada pero que se arregla ganando en Valladolid. Más allá de los nombres o cualquier tipo de consideración, van a jugar los más fuertes», se promete Pepe Mel, muy seguro de la fortaleza mental de los hombres de su plantilla y de que contará con la ayuda de ellos para dar la talla frente al conjunto de Abel Resino en el Nuevo Zorrilla.
Esa seguridad en su plantilla y en sus ayudantes y la tranquilidad de que una racha tan nefasta se haya quedado en casi nada gracias al colchón adquirido con anterioridad motivan que Mel tenga muy claro que sólo falta confianza para hacer lo que ya se hizo.

Noticia por Fran Vega
Bético de nacimiento, fascinado en captar instantes en verdiblanco e interesado en todo lo que rodea al equipo de las trece barras