Mel y Poyet, el juego de las diferencias

Entrenamiento 07-07-2016. Foto: Rafa Toro
La mayoría de personas conoceréis el juego que suele haber en los pasatiempos de los periódicos sobre encontrar las diferencias entre dos dibujos aparentemente iguales. Pues bien, aunque físicamente Mel y Poyet no se parecen en nada, me gustaría ir más hacia sus diferencias futbolísticas, como si de un juego de errores se tratara.
Currículo como jugador: Ambos entrenadores fueron jugadores de primera división, aunque el bagaje de uno y otro es bastante diferentes. El madrileño disputó con el Real Betis 31 encuentros marcando 14 goles. El nuevo entrenador bético disputó entre el Zaragoza, el Chelsea y el Tottenham 426 encuentros, marcando 117 goles, y con diversos títulos nacionales e internacionales. Llegó a ser 26 veces internacional con la selección uruguaya marcando 3 goles.
Rol en el equipo: Mel era un goleador, pero no se caracterizaba por ser un jugador que arrastraba o contagiaba al equipo. Podía estar casi inactivo en todo el partido, hasta que le llegaba un balón y la intentaba enchufar. Gustavo Poyet era el típico jugador uruguayo que se dejaba la vida en cada partido y arrastraba a sus compañeros a hacer lo mismo. Era lo que antes se conocía como un interior, centrocampista con llegada, con gol, con un potente juego de cabeza, y con mucho empuje no exento de técnica. Mel era un especialista, Poyet era un líder.
Currículo como entrenador: Pepe Mel desde que entrenó la temporada 2000/01 al Murcia ha entrenado en 586 partidos, con 231 victorias (39,4%), 172 empates (29,35%) y 183 derrotas (31,2%), todo esto sumando partidos de Primera, Segunda y Segunda División B. Ha tenido una breve experiencia fuera de España, con 17 partidos en el West Bromwich. En el Real Betis es el tercer entrenador que mas partidos se ha sentado en el banquillo en Primera División con el equipo de las trece barras. La estadística negativa es que es el segundo entrenador bético tras Aranda, que habiéndose sentado un mínimo de 30 partidos en el banquillo en primera, peor porcentaje de partidos perdidos ha tenido, concretamente un 44,55%. El uruguayo no tiene una carrera como entrenador tan conocida en nuestro país. Pese a ello acumula 297 partidos como entrenador en su carrera profesional con un total de 127 victorias (42,76%), 86 empates (28,95%) y 84 derrotas (28,28%) en sus periplos por Inglaterra y Grecia.
Características como entrenador: Los equipos entrenados por el madrileño se suelen caracterizar por un esquema de 4-4-2, aunque en la última temporada incluso jugaba con un único punta, apostando por el contragolpe y más de tener balón que de despliegue físico. Precisamente este último punto es uno de los que más se le criticaba, la falta de trabajo físico en los entrenamientos, así como la falta de trabajo del balón parado, tanto en ataque como en defensa. Sus equipos son goleadores, pero con poco cuidado en guardarse las espaldas. Los equipos de Poyet suelen caracterizarse por un juego ofensivo, preferentemente con un esquema de 4-3-3, con un delantero referencia y con jugadores de banda intercambiables. Pese a su gusto por el fútbol ofensivo, sus equipos procuran no descuidar su espalda. Sus equipos acostumbrar a jugar a un ritmo muy alto, y con mucha presión, es por ello que la preparación física es fundamental para sus equipos. Es por ello que el fichaje del reputado preparador físico Marcos Alvárez es tan clave como el de los delanteros para el charrúa.
Otras características: La carrera como jugador y entrenador de uno y otro conlleva una serie de conclusiones obvias. Poyet tiene una carrera internacional mucho mayor, y además esto conlleva un conocimiento del inglés importante para llevar plantillas internacionales como es la del Betis. Este tema también era una limitación para Mel, que prefería no tener jugadores que no supieran castellano.
Como conclusión podríamos decir que Mel y Poyet no se parecen en nada, ni como jugadores, ni como entrenadores, pero tengo la sensación que precisamente no podríamos decir que salga perdiendo en nada el actual inquilino del banquillo bético. De todas maneras, ahora llega el momento de la verdad, y la pelotita será la que dicte sentencia.