Mis mejores momentos de la temporada por Patricia Ramírez
Mi amigo Selu Vega me pidió al finalizar la temporada que escribiera este artículo…y con tanto como llevo encima, se me olvidó. Pero como el que la sigue la consigue…el otro día me dice “me debes un artículo con cariño”. Así que aquí está, mis mejores momentos durante la temporada.
Los mejores momentos que vive uno en su vida no pasan sin pena ni gloria, ni se olvidan nunca. Muchas cosas son efímeras, pero no las experiencias que nos gratifican y nos hacen sentir vivos. Y de estas en el fútbol estamos sobrados. El fútbol se vive de forma desbordada, tanto para la afición, como para los que trabajamos dentro. Nada pasa de forma gris, sin relevancia, todo deja huella. Así que buscar los momentos emocionalmente más impactantes se me hace difícil. Mis mejores momentos no son una pausa en la historia, no son nada concreto, más bien pertenecen a ejes transversales, en los que he compartido lo bueno y lo malo, se refieren a momentos en los que los protagonistas son las personas, porque las personas dan sentido a todo.
Ahora desde la distancia, si tengo que pensar qué viví, qué me hizo sentir llena y pletórica, me quedo con…
La entrega, esfuerzo y compañerismo de los jugadores. Con ellos todo ha sido posible. Son los que dan valor a mi trabajo. He tenido la suerte de trabajar con un equipo humano, entregado y sobre todo maduro, que ha sabido estar en cada momento y que no ha bajado los brazos ni en las peores circunstancias. Han creído en ellos y en sus compañeros. Siempre con buen humor y palabras de aliento.
Mis compañeros de mesa, el cuerpo técnico. Con su sentido del humor y la dinámica alegre y distendida que hemos tenido toda la temporada. Con el apoyo de todos, la confianza con la que nos hemos apoyado y lo fácil que se trabaja en un grupo sano, en el que reina el respeto, la sinceridad y la buena comunicación. Y mis compañeros y personal del club, prestando ayuda con sus vídeos, sonidos y apoyo de todo tipo.
Y con las victorias que han sido muchas. Ver la expresión de felicidad en la cara de los jugadores, y la satisfacción de “esto es lo que queremos y además nos lo merecemos”, no tiene precio.
Y también con las derrotas. Porque perder te permite poner los pies en la tierra, te da una cura de humildad en este mundo en el que es fácil confundirse y fusionarse con la grandeza. La derrota habla de una parte humana que permite dar un paso atrás para luego avanzar, conduce a la reflexión, a asumir responsabilidades, a que cada uno de nosotros aprenda en qué tiene que superarse y qué potencial le queda por explotar.
Me quedo con el himno a capela, con todos los mensajes de ánimo recibidos y con la gratitud de la afición. Con los amigos y compañeros que hice en estos dos años, personas que se ofrecieron, que me dieron consejos, que se mojaron sin tener por qué…bueno si, porque hay un club al que adoran y por el que darían parte de sus vidas. Gracias por los relatos que me habéis enviado esta temporada, nos ayudaron a sentir y comprender vuestras historias personales, las motivaciones y vuestro sentir y querer al club.
Y me llevo en mi mochila la experiencia y la sensación de haber vivido dos años de forma plena, con los sentimientos a flor de piel. Dos años en los que he sentido el valor de mi trabajo porque delante de mí había un batallón de jugadores entregados y buenos compañeros. El fútbol en general es ingrato y te hace sufrir de forma desproporcionada. Pero algo tiene, algo nos engancha. Las personas con las que convives sienten como tú, se implican como tú, te permite vivir el sentimiento de pertenencia, de unión, de compartir un mismo objetivo y valorar el esfuerzo que cuesta conseguirlo. Y esto solo se consigue estando dentro, sufriendo y emocionándote con cada paso que das.

Que crack la patricia,mucha suerte en tu próxima aventura deportivo o no deportiva,suerte guapetona.