OPINIÓN: Entrenador ratificado… ¿victoria segura?
¿Son suficientes 45 minutos para confiar que un entrenador es válido para llevar al Real Betis a la máxima categoría del fútbol español? ¿Realmente la directiva confía en Julio Velázquez o una derrota contra el filial blaugrana haría cambiar de opinión de forma drástica a la zona noble del Villamarín? Muchas dudas se adentran en el bético de a pie tras el comunicado oficial que ayer pudimos leer bien entrada la tarde.
Realmente, el equipo, desde que comenzará la temporada a finales de agosto, no ha mostrado una cara con la que podamos volcar toda nuestra confianza en el técnico salmantino. El primer encuentro ante el Sabadell daba a la afición verdiblanca las mejores sensaciones posibles, aunque cambiaron bien pronto cuando el Betis volvía a ser el de siempre, ese equipo que es capaz de tirar todo lo bueno en tres minutos, aunque esta vez tuvo un punto de suerte y le faltaron dos minutos más al conjunto catalán para darle la vuelta al marcador.
Pero, ¿es la mejor opción dejar a Julio Velázquez que siga dirigiendo a este equipo? A día de hoy, los verdiblancos marchan séptimos en la clasificación de la Liga Adelante, fuera de los Play Off de ascenso a la máxima categoría del fútbol español y a los mismos puntos de los puestos de cabeza que de la zona de descenso (seis), algo que se antojaba impensable a comienzos de temporada. Julio Velázquez se ha empeñado en hacer creer a la fiel parroquia heliopolitana que los ascensos se consiguen a finales de campaña, pero parece que aún no conoce la exigencia club que le ha tocado dirigir.
La realidad, a día de hoy, es poco o nada esperanzadora. El comienzo de Liga de los verdiblancos nos recuerda mucho a la catástrofe sufrida la campaña pasada. El equipo suma ya cuatro derrotas en este comienzo de competición, ante equipos que, presumiblemente, está obligado a sobreponerse. Equipos como Ponferradina, Albacete o Leganés han sacado los colores a los de Julio Velázquez, algo totalmente fuera de lugar tras lo vivido la temporada pasada.
Pero, cuando todo parecía que iba a cambiar, haciendo mención a los primeros 45 minutos del equipo ante Osasuna en El Sadar, el equipo vuelve a dar una de cal a propios y extraños. ¿Quién es el culpable de que el equipo baje los brazos con un 1-2? Julio Velázquez tiene que saber cómo manejar este tipo de situaciones. Dejando a un lado el aspecto táctico del equipo, otro de los puntos donde el salmantino no está nada acertado, ya que ningún equipo puede remontarte un encuentro con tres jugadas a balón parado (dos de ellas calcadas tras peinar el balón en el primer palo), el entrenador que dirija al Betis debe preparar a sus jugadores para que luchen sobre el campo, ya que la imagen que se vio en El Sadar tras el primer gol de los locales merece un fuerte toque de atención a toda la plantilla verdiblanca, como lo mereció en Sabadell, Leganés y Ponferrada (en esta ocasión con goleada incluida).
Cuando todo parecía que este sería el último encuentro de Velázquez en el banquillo verdiblanco, el consejo verdiblanco lo ratifico en la tarde de ayer pero, ¿es esta la mejor opción para el Betis a estas alturas? Recordemos lo que ocurrió en la temporada 2009/10, la primera del equipo verdiblanco en segunda división tras el trágico descenso en Valladolid. Se firmó a Antonio Tapia con el único objetivo de devolver al club a la máxima categoría, pero este fue incapaz de conseguir buenos resultados en Heliópolis con la mejor plantilla de la categoría, por lo que se decidió dejar de contar con él y traer a Víctor Fernández, siendo ya muy tarde y faltándole jornadas para que este devolviese al Betis a la Liga BBVA.
El consejo, sea por falta de liquidez o sea porque realmente «confían» en las capacidades de Velázquez, lo cierto es que le ha dado un nuevo voto de confianza a Velázquez, que aumentará si este consigue la victoria el sábado ante el Barcelona B pero, ¿y si volvemos a ver al mismo equipo apático, nerviosos, sin ideas y sin capacidad de sobreponerse a resultados adversos la siguiente jornada en la Romareda?
Quizás cada vez sea más difícil guiar de nuevo el rumbo y contentar a una afición cansada de la actual situación deportiva del club verdiblanco. Quizás cuando quieran, sea demasiado tarde…