Por lo menos ganó el de verde

Se me antoja muy complicada la contracrónica del Espanyol-Betis. El partido ha sido malo de solemnidad. Menos mal que una buena sobremesa con una extraordinaria compañía ha mitigado el sufrimiento.

Si a mí me hubiera dado por ir a Cornellá a ver el partido, no tardaría tiempo alguno en dirigirme a la oficina del consumidor para intentar que me devolvieran el dinero invertido en la entrada. Y es que cualquier parecido con el deporte llamado fútbol es pura coincidencia. De hecho, los únicos que pueden sacar conclusiones positivas del partido son los consumidores de somníferos. Basta ya de medicación. Te pones el partido y no llegas al minuto diez sin dar una cabezada. A mí no me ha ocurrido, pero he de reconocer que, viendo que el partido era tan lamentable, cambié de canal para ver el final de etapa de la Vuelta Ciclista a España. En el kilómetro y medio que vi, pasaron cosas interesantes que en más de noventa minutos de fútbol. La meta estaba situada tras una cuesta empinadísima en Valdepeñas de Jaén, y allí el más rápido fue Dani Moreno, que por lo menos, iba vestido de verde, y así los bético pudimos ver ganar a alguien con esos colores.

Afortunadamente creo que no tendré que volver a escribir una contracrónica de un partido tan insufrible y malo. No creo que mi cabeza lo soportara. Por lo menos no se perdió. Es el único consuelo que nos queda.

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