Postpartido: Dejarse la piel en el campo tiene premio
Noche mágica la vivida en el Benito Villamarín. Hacía mucho tiempo que no se vivía tal comunión entre grada y plantilla, fruto de la gran imagen que mostró ayer el conjunto de Pepe Mel. El Real Betis Balompié sumó ayer la primera victoria de la temporada gracias a un gol del de siempre, Rubén Castro, que dejó a la Real Sociedad vacía y con cero puntos en su visita a Sevilla.
Derroche de actitud, compromiso y buen fútbol. El Betis fue ayer lo que se lleva demandando ya bastantes años. El equipo demostró tener las ideas muy claras, querer hacer algo bonito en un año que será complicado, a la vez que ilusionante. Ayer, por fin, Pepe Mel encontró equilibrio en todas sus líneas. Defensivamente, el conjunto verdiblanco estuvo muy sobresaliente, algo que se notó dejando la portería a cero con un jugador menos durante los segundos 45 minutos del enfrentamiento ante el conjunto de David Moyes.
La actitud mostrada en la tercera jornada de la Liga BBVA quedó plasmada en el resultado. Pero, además, la vuelta de Joaquín Sánchez al césped del Villamarín cambio mucho la historia. Sus internadas en la primera mitad fueron puñales para los vascos y ya se pudo ver la primera asociación del portuense con Rubén Castro. No importó la expulsión, la grada fue el jugador número 11. El apoyo del Benito Villamarín será crucial esta temporada, algo que quedó patente ayer.
Comenzamos hablando de la portería. Antonio Adán, de nuevo, estuvo notable. Su actuación, a pesar de sumar errores que deben ser corregidos, destacó, ya que salvó a los verdiblancos en numerosas ocasiones, principalmente en la segunda mitad cuando los heliopolitanos jugaban con un hombre menos y las llegas de la Real eran constantes. Parada a parada, el madrileño sigue demostrando que, a día de hoy, no hay nadie mejor bajo palos en el Benito Villamarín.
La línea defensiva fue lo más destacado en el día de ayer. Bien es cierto que todo el equipo supo sufrir y defender a la perfección tras la expulsión de Petros Matheus, aunque la pareja formada por Bruno y Westermann bien merece un sobresaliente, principalmente el alemán. Debut glorioso en el feudo verdiblanco. El ex del Hamburgo demostró alguna de las facetas que lo caracterizan: jerarquía, experiencia y agresividad, fue un muro para los Carlos Vela, Jonathas, Bruma y compañía, además de destacar en el juego aéreo. Estuvo en todas y, cuando había que atacar, no le asustaba desplazarse al área visitante. Por otro lado, el central tinerfeño cuajó un buen encuentro. Pese a algunos errores que costaron un buen susto en las gradas, Bruno supo solucionarlos y, junto a Westermann, formaron una dupla fantástica y probablemente, ambos se ganaron la titularidad.

Presentación de Joaquín. Foto: Rafa Toro
En los laterales, Juan Vargas destacó algo más en labores ofensivas, pero el peruano sufrió mucho las internadas de Bruma, aunque supo mantenerlo controlado haciendo uso de su experiencia y contundencia. Por otro lado, destacado de nuevo el partido de Cristiano Piccini. El italiano se entendió a la perfección con Joaquín y la banda derecha fue un auténtico espectáculo durante los primeros 35 minutos del encuentro.
De nuevo, Pepe Mel apostó por el doble pivote defensivo. Ante las bajas de Didier Digard y Xavi Torres, el técnico madrileño dio la alternativa y apostó por Petros como pareja de N´Diaye. Debut agridulce del mediocentro brasileño en el Benito Villamarín. Quedó claro que debe seguir adaptándose al fútbol europeo y olvidar ya la liga brasileña. Buen arranque de encuentro y buen nivel hasta el minuto 43, cuando recibió dos amarillas casi continuas y dejó al equipo con diez durante 45 minutos. Faltas innecesarias, fruto del nerviosismo y la intensidad del encuentro. A su lado estuvo, una vez más, un enorme Alfred N´Diaye. El nivel que esta mostrado el senegalés en estos primeros encuentros de la temporada está siendo de lo mejor del equipo. Fue el mejor ante el Villarreal, lo único destacable ante el Real Madrid y el auténtico líder del centro del campo en la noche de ayer. Oxigenó, ayudó y defendió cuando más lo necesitaba el equipo. El Betis ayer fue un auténtico muro y Alfred fue el principal culpable.
Así y tras la expulsión de Petros, Pepe Mel dio entrada a Dani Ceballos. El canterano fue ayer suplente pero, como era de esperar, tuvo minutos ante el conjunto de Moyes. Con el 10 a la espalda, le tocó trabajar en defensa y hacer un trabajo más «sucio«. Salió para dar equilibrio al centro del campo y no perder la cara al encuentro, algo que hizo de forma destacada.
Las bandas ayer fueron un deleite para la parroquia verdiblanca. Joaquín Sánchez volvía al extremo derecho y el portuense no defraudó. Mientras que muchos apostaban por que el atacante llegaría con poco más que ofrecer, otros apostaban por él, y no se equivocaron. Derroche de fútbol, desborde y magia en sus botas. Como en sus mejores días, dio espectáculo a la grada y centros medidos al área, uno de ellos cazados por el de siempre. 60 minutos duró sobre el terreno de juego aunque, con el paso de la jornadas, se verá a un Joaquín con más poderío físico. Por otro lado, gran encuentro de Francisco Portillo. Se ofreció e hizo jugar a todo el equipo. El atacante mostró ayer su mejor cara, esa que puede hacerlo fijo en los esquemas de Pepe Mel.
En punta, destacamos al de siempre. Rubén Castro, hombre gol de este quipo. Incansable el canario, que sumó su segundo tanto en las tres jornadas que llevamos de competición. Estuvo algo desaparecido en la segunda mitad, algo que era de esperar tras la sustitución de Jorge Molina. De nuevo quedó claro que el canario necesita al alcoyano para mostrar sus mejores características. Así, Molina se vio obligado a abandonar el terreno de juego ante la expulsión de Petros. Aun así, estuvo desaparecido durante los primeros 45 minutos y le faltó una marcha más de cara a portería.
Gran encuentro del Real Betis Balompié en la noche de ayer. Como destacamos en el título, dejarse la piel sobre el terreno de juego tiene premio. La actitud volvió al Benito Villamarín y cuando esta aparece, todo se hace mucho más fácil. El equipo nunca tiró la toalla, a pesar de jugar con uno menos medio encuentro. Fue a más y estuvo muy ordenado para frenar las continuas internadas de los de Moyes en la segunda mitad. El Valencia ya espera en Mestalla a un Betis que llega con confianza y con ganas de seguir mostrando el fútbol que dejó ver ayer en el Villamarín.
Las puntuaciones que damos desde Manquepierda.com son las siguientes: