Postpartido: No diga Real Betis, diga Antonio Adán

Granada 1-1 Real Betis. Foto: Rafa Toro
Tres puntos de oro que viajan hasta Sevilla. El Real Betis se reencontró de nuevo con la victoria en la noche de ayer, una vez más, lejos del Benito Villamarín. El cuadro de Pepe Mel se impuso al Málaga por la mínima (0-1), en un pobre encuentro que vislumbró por enésima vez las carencias del conjunto verdiblanco, escondidas a ratos gracias a dos hombres, hoy fundamentales en este equipo: Antonio Adán y Rubén Castro.
El paso de los minutos no auguraba buenas sensaciones para los heliopolitanos. Sin intensidad, el Betis le daba la pelota al conjunto malacitano y esperaba atrás a la espera de alguna genialidad de un Joaquín que ayer no desbordó. Perdió el control y el conjunto de Javi Gracia se limitó a buscar los huecos que encontró, fundamentalmente, por los laterales de Francisco Varela y Cristiano Piccini, muy limitados en defensa. Con ello, el equipo no daba síntomas de mejoría y los malagueños llegaban con suma facilidad al área de un Adán que no daba a bastos pero que, gracias a él y al olfato de Rubén Castro, podemos salvar los tres puntos como lo único positivo del encuentro.
Ante la baja de Alfred N´Diaye, Pepe Mel se veía obligado a recomponer su once inicial. Así, el doble pivote defensivo permanecería en La Rosaleda de la mano de Didier Digard y Petros Matheus. Una vez más, Dani Ceballos se quedaba en el banquillo, esta vez junto a Portillo, por lo que Mel limitó la creación del equipo y la basó sólo en Rafael Van der Vaart, que estrenaba ayer la segunda titularidad de la temporada. Cejudo volvía también al once y Rubén Castro jugó sólo en punta, añorando de nuevo la presencia de un nueve pura que le apoyara.
Comenzamos hablando de la portería. Cuando es el cancerbero el principal protagonista del encuentro, las sensaciones nunca son buenas. Así pasó. Antonio Adán se convirtió ayer en el héroe de los verdiblancos. El madrileño sacó su arsenal de reflejos para desquiciar al conjunto de Javi Gracia con paradas que lo sitúan ya entre los mejores cancerberos de la máxima categoría del fútbol español. Seguridad por arriba y por abajo sacando balones imposibles. Cada jornada se hace más grande bajo palos hasta el punto de convertirse en un seguro de vida para los verdiblancos.
Las dudas volvieron a aparecer en defensa. La línea defensiva se mostró nerviosa durante la primera mitad ante las continuas llegadas de los malagueños. Así, Westermann recuperaba la titularidad en detrimento de Pezzella, acompañando a Bruno. El central alemán volvió a dotar al equipo de jerarquía, experiencia y contundencia. Estuvo atento y cortó varios balones peligrosos, aunque se mostró algo dubitativo en el primer tramo del encuentro. Por otra parte, el tinerfeño volvió a estar en su línea. Cometió fallos innecesarios y dejó algunos huecos subsanados por Westermann, aunque el cómputo global del encuentro acabó siendo positivo para él.
Los laterales fueron el punto débil de los verdiblancos. Juan Carlos campó a sus anchas por el lateral de un Cristiano Piccini muy deficiente en labores defensivas. El italiano, a pesar de ofrecer algo más en ataque, no está a su mejor nivel y, a pesar de la velocidad que le caracteriza, le cogieron con demasiada facilidad las espaldas. Por otro lado, Francisco Varela también estuvo poco acertado a la hora de defender, aunque el canterano verdiblanco aumentó la intensidad en la segunda mitad y, gracias a un robo de balón suyo, llegaría el tanto de la victoria de Rubén Castro.
En el centro del campo, la baja de Alfred N´Diaye abrió las puertas de la titularidad a Didier Digard. El francés, con molestias desde los primeros minutos del encuentro a causa de un golpe, no mostró la contundencia que se vio en los minutos disputados ante el Athletic, además de que apenas se entendió con un Petros que, una jornada más, a pesar de mostrar un buen nivel a la hora de dar equilibrio y oxigenar el centro del campo, estuvo pasado de marchas. La presencia del senegalés en el centro del campo se antoja fundamental, y ayer fue evidente.
En ataque, toda la creación pasaba ayer por las botas de Rafael Van der Vaart. Con Francisco Portillo y Dani Ceballos en el banquillo, el holandés tuvo ayer la misión de mostrar la calidad por la que llegó al Betis aunque, en su segundo encuentro partiendo desde el once, su nivel volvió a ser bastante insuficiente. No se complicó nunca con el pase y fue poco vertical, a pesar de que los vimos en alguna que otra ocasión muy cerca de la meta de Kameni. A pesar de que lo intentó, su nivel sigue estando muy por debajo de lo que la afición verdiblanca espera de él.
En las bandas, tanto a Cejudo como a Joaquín se les vio mucho más ayudando a Piccini y Varela en labores defensivas. El portuense, a pesar de ser el alma de este equipo, no desbordó a la defensa malacitana, por lo que las ocasiones brillaron por su ausencia. Por otro lado, el cordobés aportó intensidad y trabajo, aunque más centrado en defensa y escaso aporte en ataque
Finalmente, llegamos a la punta de ataque. De nuevo, Rubén Castro partió en solitario en su posición. El canario estuvo algo desaparecido durante el primer tramo del encuentro dado que la posesión era del Málaga y casi siempre se jugaba en campo contrario aunque, una vez más, la que tuvo la metió. Siete goles en once jornadas lo sitúan como el segundo máximo goleador nacional, algo que no es poco.
Continúa la temporada y el Betis sigue sumando. 15 puntos sitúan a los verdiblancos en la novena posición de la tabla clasificatoria, en una zona tranquila de la máxima categoría del fútbol español. Los verdiblancos volvieron a mostrar ayer una imagen más que cuestionable durante los noventa minutos de encuentro con muy pocas ideas, aunque la victoria lejos del Villamarín tras sólo un punto sumado en los últimos tres encuentros facilitará la semana, una semana donde Pepe Mel debe solventar los problemas de los verdiblancos en la creación. El próximo rival será otro de los “cocos” de la categoría, el Atlético de Madrid, el próximo domingo a las 20:30 horas en el feudo verdiblanco.
Lo mejor:
- Antonio Adán, seguro bajo palos.
- Rubén Castro sigue dando goles y victorias.
- Los verdiblancos siguen sumando lejos del Benito Villamarín – una derrota, dos empates y tres victorias –
Lo peor:
- Escasa verticalidad y pocas ocasiones.
- Pepe Mel sigue sin recuperar la mejor versión de Dani Ceballos, de nuevo desaparecido en los minutos que estuvo sobre el campo.
- Los laterales, de nuevo los puntos débiles del cuadro verdiblanco.
Las puntuaciones que damos desde Manquepierda.com son las siguientes: