Quien perdona, lo paga (2-2)
Sólo un punto, y gracias, fue lo que pudo sumar el Real Betis en el encuentro suspendido por la lluvia ante el Barça B. Los hombres de Pepe Mel gozaron de un gran número de ocasiones para poner tierra de por medio, sobre todo con un Emaná que jugaba hoy para la galería. Pero a pesar de ponerse con 2-0 a favor gracias a Rubén Castro y Roversio, se derrocharon muchas oportunidades y la máxima del fútbol se acabó cumpliendo. Heliópolis pierde dos puntos y habrá que esperar al colchón nórdico el fin de semana.
La primera parte fue única y exclusivamente del Betis. La pareja en la media que formaban Iriney y Beñat era clave para asfixiar al centro del campo azulgrana y atacar con peligro. Así, y gracias a una línea defensiva adelantada y parada en el arranque, pudo llegar el tanto verdiblanco. Una vez más sería la conexión Salva Sevilla-Rubén Castro la que pondría por delante al equipo. El ex del Salamanca penetró hacia dentro desde la banda izquierda y metió un balón perfecto entre líneas para el delantero canario para que, con un sutil globo, batiera la meta de Masip. Una diana que suponía la decimosexta que encadenaba en Betis en la temporada.
El tanto invitó a los de Luis Enrique a crear, y a punto estuvo de empatar Nolito. Pero Fue la única ocasión de la primera mitad y la que hizo ver a los catalanes que podían penetrar por banda. El Betis mantuvo el ritmo y con los minutos se sentía dueño y señor del partido. Siguió dando latigazos, esta vez con la pareja de baile formada por Emaná y Rubén Castro, que hacían de la zona de tres cuartos el salón de su casa. Antes de poner rumbo a los vestuarios, cuando el Barça B ya encontraba a Nolito y a Tello por bandas, el camerunés tuvo dos ocasiones claras de gol. Pero un magnífico Masip las desbarató todas en el monólogo de fútbol verdiblanco.
El arranque del segundo acto fue un calco del primero. La fuerza del Betis, que apretaba arriba, provocó que en tan sólo dos minutos se pusiera tierra de por medio esta vez por medio de Roversio. El zaguero brasileño cedido por Osasuna remató a placer y plácidamente un balón que peinó las cabezas de béticos y azulgranas hasta acabar en sus botas.
Sin nada que perder, los chicos de La Masía apretaron los dientes y se echaron arriba. Las bandas aparecieron y abrieron huecos en la medular y zaga verdiblancas. Cuando la hora sobrevolaba el Benito Villamarín, el Barça B comenzaba a dominar el ritmo gracias a que el cansancio impedía que la media carburara. Aprovechando las imperfecciones del centro del campo y la defensa llegó el tanto de Nolito. El de Sanlúcar de Barrameda encontró el premio a su perseverancia al rematar libre de marcas un centro al segundo palo de Montoya. El final de infarto estaba servido. Pero en menos apenas seis minutos llegaron las tablas con la diana de Oriol Romeu. Sorpresa monumental y castigo algo excesivo para un equipo que seguía pecando de falta de acierto ante Masip.
Con poco tiempo para reaccionar, el Betis se echó arriba importando muy poco una derrota pero el luminoso ya no se movió. El empate sabe a derrota después de tantas ocasiones falladas que hubieran dado oxígeno al corazón del equipo: su centro del campo. Desde el pasado 9 de mayo de 2010, ante el Murcia, el Betis no dejaba escapar puntos de casa. Pero a pesar de todo, el equipo ha cerrado el octavo mejor inicio de Liga tras 15 jornadas de los últimos 35 años. Diez victorias, tres empates y dos derrotas frente a la mejor racha, once victorias y cuatro empates del Murcia en la 90/91. Buenos y optimistas registros.
Onces:
Real Betis: Goitia; Isidoro, Roversio, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat (Juande, 84′), Salva Sevilla, Miguel Lopes (Cañas, min. 70); Emana y Rubén Castro (Jorge Molina, min 81).
Barça B: Masip; Montoya, Armando, Muniesa, Abraham; Oriol Romeu, Carmona (Ilie, 59′), Sergi Roberto (Riverola, 59′), Rochina (Saúl, 58′); Tello y Nolito.
Goles: 1-0, min.7: Rubén Castro. 2-0, min. 48: Roversio. 2-1, min. 79: Nolito. 2-2, min. 84: Oriol.
Colegiado: Martínez Munuera. Colegio Valenciano. Amonestó a Dorado y Juande.

Noticia por Miguel Rolle
Periodista Manque la crisis. En busca de la piedra filosofal que me muestre cómo vivir de mi sueño. Hasta entonces, trabajo y esfuerzo son mis lemas, que ya habrá tiempo para dormir cuando el tiempo se acabe.