Rafael Gordillo, leyenda viva, por Quercus Verdiblanco
Si hay alguien a quien futbolísticamente he admirado desde pequeño, ha sido a don Rafael, quizás por toda la historia que le rodea, por la honestidad que le caracteriza (la mejor de todas las virtudes perdidas), por su carisma, por su carácter aguerrido y luchador o por su corazón mitad extremeño, mitad andaluz, como el mío.
Nació el 24 de Febrero de 1957 en Almendralejo (Badajoz) y se crió en el polígono San Pablo de Sevilla, formándose en las categorías inferiores del Real Betis Balompié desde el año 1972 y debutando en el primer equipo el año 1977.
Ahí comienza una larga historia que redacto de la siguiente manera;
Don Rafael militó en el club de las trece barras hasta 1985, fichó por el Real Madrid de la quinta del buitre, donde estuvo siete años seguidos y en donde pudo conquistar cinco ligas consecutivas, dos Copas del Rey, una Copa de la UEFA, y tres Supercopas de España.
Volvió al Betis en el año 92 y lo hizo hasta el 95. La siguiente temporada la llevó acabo en el Écija y en ese mismo año decidió colgar las botas.
Evidentemente fue internacional con la selección española, lo hizo en 75 ocasiones, jugó dos mundiales, tres Eurocopas, fue considerado el mejor jugador de la liga para la revista Don Balón en el año 1979-80 y le fue concedida la medalla de Andalucía en 1991.
En el año 2010, fue designado administrador por mandato judicial del paquete mayoritario de acciones de nuestro equipo, convirtiéndose el mismo año en Presidente del Real Betis Balompié, representando al conjunto de acciones intervenidas judicialmente. Abandonó el cargo en 2011 siendo sustituido por nuestro actual presidente y en 2012 se convirtió en presidente de la fundación del Real Betis.
Por mi edad solo pude seguirle en su segunda etapa verdiblanca, pero usted quedó en mi retina y ahora está ubicado en la zona vip de mis recuerdos quedando marcado como mi primer referente en verdiblanco.
¿Por qué sigue teniendo tanto tirón Gordillo?
Desde mi punto de vista, por que estamos ausentes de referentes, por que somos como los ingredientes de una Thermomix, entramos por un lado, hacen con nosotros lo que les da la gana, moldeándonos como quieren y haciéndonos salir por la puerta de atrás sin pena ni gloria, para ser devorados por quien tenga poder para hacerlo, todo el mundo va a su aire, de buen rollo, largando sin ton ni son por redes sociales intentando demostrar mucho continente pero evidenciando poco contenido, cada cual a lo suyo y sin preocuparse por los demás, independientemente de que seas más o menos inquieto o tengas más o menos formación.
Además, cada vez hay más competitividad, menos solidaridad y más frustración entre la gente que quiere y no puede, llegando a bajar los brazos sin poder cumplir sus metas.
Por todos estos motivos me veía en la obligación de escribirle este artículo a Gordillo y ponerle como ejemplo, por haberse entregado desde pequeño a unos colores que sentía, por haber trabajado duro, por haber luchado por sus sueños y cumplirlos a base de trabajo, esfuerzo, desarrollando todo su potencial sin miedo, con la frente bien alta, demostrando el coraje de un español hecho así mismo y haciéndolo con respeto a los demás, con simpatía, con alegría y con algo que todavía no he logrado entender y que nunca más he vuelto a ver, con las medias por el tobillo y sin espinilleras, o lo que es lo mismo y con perdón, ‘con dos cojones’.
Además, una vez pasado los años, volviste a la pelea y cuando más torcida estaba la cosa, te arremangaste y te metiste en el barro, quizás incluso sin saber donde pero con la certeza de cumplir aquello que tenías en mente, defender tus colores, antes en el campo y ahora en los juzgados, y ¿sabes que es lo mejor? Que lo has conseguido y lo has hecho sin ruido, sin alardes y con calma, consiguiendo que el barro vaya secándose poco a poco y que el club se asiente en tierra firme llevando a cabo temporadas como las de este año, que nos dará aire y fuerza y que nos servirá para dar más contundencia a este proyecto por el que tanto ha peleado y por el que recibe mi mas sincero aplauso y espero que el de todo el beticismo.
Por todos estos motivos Gordillo, le deseo lo mejor y le doy las gracias por ser un referente para todos aquellos que queremos hacer las cosas como antes, trabajando duro, con ilusión, con respeto a los demás y con muchas ganas de comernos el mundo, nos dejen o no, porque un hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta y personalmente no me cansaré de pelear por conseguir todo aquello que me proponga teniendo siempre presente ejemplos como el que usted ha dejado patente.
