Recogiendo tempestades
Dice el refranero que quién siembra vientos recoge tempestades. Ayer la afición del Betis recolectó las tormentas que se sembraron en el partido de ida frente a los portugueses.
La contracrónica debería tratar sobre algo ocurrido en el partido, pero me niego a pasar por alto los incidentes acaecidos. Lo más triste y lastimoso de todo es que, a buen seguro, los béticos que sufrieron los ataques de los ultras del Vitoria, poco o nada tuvieron que ver con lo que pasó en el Villamarín hace unas semanas. Mel, Molina y Nacho deben aprovechar la fluida relación que tienen con los Supporters para hacerles ver que agredir a aficionados rivales está mal. Y lo está por el motivo que todos sabemos: que la violencia es intolerable y que mancha la imagen de una afición ejemplar. Y también está mal y es de una falta de miras y de inteligencia alarmante agredir e insultar a una afición de un club al que le teníamos que rendir visita pronto. La respuesta a lo que aquí ocurrió era esperada. Impresentables y descerebrados hay en todos lados, y en Guimaraes no iba a ser menos.
El domingo tendríamos que hacerles ver a los muchachos que pueden ir a dialogar con Mel y los capitanes que sus actitudes son vergonzosas y que algún día pueden provocar una tragedia lamentable.