Cuando remontar es una quimera

El Betis todavía no ha conseguido ganar cuando empieza perdiendo, pero cuando se pone por delante gana el partido un 87,5% de las veces
Después de dar por cerrada la undécima jornada de Liga, para lo que concierne a Heliópolis, a este Real Betis con acento europeo le sigue resultando imposible derribar un muro. El de las remontadas.
Es algo que no deja de ser chocante, pero no por ello menos cierto. Lo que forma parte del ADN del Betis temporada tras temporada, esas remontadas épicas donde se pone a prueba la resistencia cardíaca de los béticos, aún está por verse en ésta.
Tampoco hay por qué alarmarse. Apenas se ha superado un 29% de la travesía que cada año surca el Betis por toda España y aún hay tiempo para vivir esas experiencias que son más satisfactorias que una victoria contundente. Pero eso no quita que el dato siga ahí.
En el primer partido donde los rivales se pusieron por delante en el marcador, el Benito Villamarín fue testigo (1-2). El Rayo Vallecano se adelantó por medio de Piti. Igualó Jorge Molina pero apareció Leo, no Messi, sino Baptistao, para matar el partido.
Esto parecía haber quedado en anécdota, hasta que se visitó al Málaga (4-0). Es cierto que la tempranera expulsión de Casto lo precipitó todo, pero no es menos verdad que la buena imagen del Betis hasta el minuto 11 de partido desapareció con el primer gol boquerón.
Después de un mes y medio pletórico en el apartado de resultados, sumando de tres en tres salvo en el caso de Osasuna (0-0), el Granada ha vuelto a traer a escena aquel dato. El Betis de la temporada 2012/13 aún no ha sido capaz de dar la vuelta a un marcador adverso.
Pero igual que se da una de cal, hay otra de arena, la que dice que de las 7 ocasiones en las que el Betis se ha adelantado en un partido, 6 se han traducido en victoria. Es decir, un 85,7%. Sólo el resultado ante el Atlético de Madrid (2-4) impide que sea el 100%. Un apunte esperanzador a una semana del Gran Derbi.
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Noticia por Miguel Rolle
Periodista Manque la crisis. En busca de la piedra filosofal que me muestre cómo vivir de mi sueño. Hasta entonces, trabajo y esfuerzo son mis lemas, que ya habrá tiempo para dormir cuando el tiempo se acabe.