Rubén Castro dependencia

Real Betis 0-0 Valencia. Foto: Rafa Toro
Muchas conclusiones del partido de ayer frente al Valencia, algunas positivas, otras negativas, pero con un mensaje evidente, al Betis le cuesta un mundo marcar goles si Rubén Castro no acierta.
En el aspecto positivo podemos indicar los siguientes puntos:
- El Betis repitió alineación, tema poco común, lo cual va en la línea que Víctor empieza a encontrar su equipo base.
- Los fichajes de invierno se han incorporado a la dinámica con normalidad, tanto Tosca como Rubén Pardo han mejorado las prestaciones del equipo.
- El Betis sigue sin perder en casa con Víctor Sánchez del Amo, y no solo no pierde, sino que domina los partidos.
- De los ochos partidos en casa con Víctor, en seis el equipo ha dejado la portería de Adán a cero, y además la sensación que la defensa del Betis es una broma, ha pasado de largo.
- El nivel de Ceballos sigue en plan líder, sería importante que no intentara hacer demasiadas filigranas, que siguiera en ese punto de equilibrio entre el gusto y el trabajo.
- El hambre y la implicación de Rubén Castro. El canario en los dos últimos partidos lo intentó por activa y por pasiva, corrió, presionó, disparó, se le ve enchufado como nunca, y ambos partidos solo la madera impidió los goles. En cuanto a nivel de juego global, el mejor Rubén en mucho tiempo.
Pero si todo es tan bonito, ¿por qué no se gana? Pese a las voces del beticismo envueltas en la «neoexigencia» que manifiestan que este equipo no va a ningún lado, creo que el nivel de juego del Betis en casa es el nivel adecuado para llevarse los partidos. Por ocasiones ha merecido ganar todos los partidos y si no lo ha hecho es por las cosas negativas, que también las hay:
- Falta de revulsivos en el banquillo. El once inicial es compacto y equilibrado, pero no hay mimbres en el banquillo que permitan darle un vuelta al ritmo de encuentro si no se va ganando. La lesión de Joaquín, la baja forma de Sanabria por las lesiones, y la inoperancia de Nahuel dejan a un equipo sin armas ofensivas de refresco.
- Falta de acierto ofensivo. El Betis, a diferencia del pasado, crea opciones de gol, pero éste no llega. Tiene que crear una cantidad de oportunidades enorme para marcar un gol, y eso termina lastrando al equipo.
- La dependencia de Rubén Castro es absoluta. El canario quiere, pero desde el partido del Leganés el 8 de enero que no marca, y si no marca el 24 no hay casi alternativas. Álex Alegría en alguna ocasión suma, pero el equipo juega en ataque por y para Rubén, y si el canario pasa rachas de sequía como la actual, no hay nadie que pueda coger ese relevo. La planificación de los refuerzos ofensivos ha sido muy mala, y en este mercado de invierno Torrecilla se ha olvidado de reforzar la salsa del fútbol, el gol. El Betis es de los equipos menos goleadores de toda la Primera División.
Me gusta como encara el Betis los partidos en casa, los domina, crea opciones, pero luego no remacha, y si vas sumando de uno en uno y fuera de casa no ganas nunca, eso te lleva a una puntuación final baja. Rubén Castro está a buen nivel de juego e implicación, pero lógicamente no puede marcar siempre, y el Betis no tiene otras soluciones. Si el equipo rival anula a Rubén, o simplemente no está acertado en el remate final, las probabilidades que el Betis no marque son altísimas, y eso duele, y más viendo a Sergio León con la camiseta del Osasuna…