Rubén Castro, declarado inocente: ¿Ahora qué, Betis?
Llegó una de las noticias más esperadas dentro del beticismo, la sentencia de Rubén Castro. No es una sentencia firme, porque cabe recurso y hay que ser prudente, pero nunca la palabra INOCENTE ha resonado tanto en la avenida de la Palmera. Los béticos han invadido las redes sociales, con una mezcla de alegría y de rabia. Alegría porque su ídolo tenía el camino expedito para volver en la segunda vuelta y ser el máximo goleador del Betis en Primera, y rabia porque se revolvían ante los muchos que habían hecho un juicio paralelo. En este linchamiento popular, hasta algunos béticos planteaban que la cesión de Rubén Castro a China era una escapada por la puerta de atrás. La realidad es que, probablemente, signifique el retorno más aclamado de la historia del Betis.
La posición de la mayoría de la afición del Betis ha quedado clara, pero, ¿y la posición del Betis? Desde el inicio del tema el Betis ha mantenido una actitud prudente, para algunos excesiva, pero en mi opinión lo requería por lo delicado de la acusación. Ahora ante una sentencia, vuelvo a reiterar que no firme, ¿debería de cambiar en algo la postura oficial del Real Betis? No se ha colgado ninguna noticia en referencia a ello en la web y únicamente en twitter se hizo una alusión con un 24 y una foto del canario. Pese a la gran importancia del delantero en la historia del Betis, sigo estando de acuerdo en no mezclar deporte con cuestiones legales privadas.
Ante la declaración de inocencia, muchas voces hablan de si no es posible volver a traer a Rubén de vuelta. No es lógico, ya que la marcha fue a petición del jugador, y forzar ahora la vuelta dejaría al descubierto una maniobra demasiado evidente que lo que se pretendía era esconder al jugador por parte del club.
Por último está el tema de todos aquellos que, además de no mantener la presunción de inocencia de Rubén Castro, se han permitido generalizar sus acusaciones al club y a los aficionados. ¿Debería el Betis tomar medidas a manera de demandas contra aquellos que injuriaron al club y a su afición? Sin duda que sí, pero el sentido común llevaría a realizarlo en el momento que la sentencia fuera firme.
Desde la barrera del aficionado es fácil dejarse llevar por el calentón, pero desde el punto vista institucional hay que ir con pies de plomo, o toda acción puede llevar consigo unas consecuencias letales. El Betis no puede olvidar todas las barbaridades que se han dicho y las que se dirán, pero tiene que esperar el momento adecuado para actuar, y eso aún no ha llegado.