«Soy valiente, antes era algo temerario y aprendí» (DiariodeSevilla)
Casto Espinosa Barriga (18-06-82, Pueblonuevo del Guadiana, Badajoz) llegó al Betis B en 2006 procedente del Albacete B, gracias a los oficios de Carmelo del Pozo, ex guardameta y a la sazón ayudante de Javier Irureta.
El guardameta pacense Casto debutó en el primer equipo, ante las lesiones de Doblas y Ricardo, de la mano de Paco Chaparro, quien luego lo mantuvo contra viento y marea. Casi siempre suplente desde aquel diciembre de 2007, hoy disfruta de nuevo del mando de la cancerbería verdiblanca.
-A un futbolista de campo se le releva cuando juega mal, pero con el portero ocurre menos. ¿Le sorprendió jugar en Valladolid pese a los fallos de Goitia frente al Elche?
-Esto es parte del fútbol; en su momento me pasó al contrario y siempre hay que asumirlo rápido, ya sea estar en el banquillo o tener la fortuna de jugar.
-¿Pero se veía titular aquel día?
-No lo esperaba, porque tampoco el míster habló conmigo. En la rueda de prensa posterior al partido del Elche no lo dejó claro y tuve dudas hasta el final.
-De usted siempre se valoró la competencia que ofrece en los entrenamientos, cómo obliga al resto de guardametas…
-Es lo más importante, que haya competencia y que nadie se sienta indiscutible. Siempre hay gente que tiene más oportunidades que otra y los que estamos más acostumbrados a empezar de cero. A mí lo que más me gusta es competir.
-¡Quién iba a pensar que hoy sería titular después de partir de menos uno, incluso por detrás de Razak!
-Es posible. Las cosas son como son, no contaba para el entrenador y yo no tenía entre mis planes quedarme. Pero aunque tuve ofertas, el club no quiso traspasarme porque no obtenía dinero con ello y no pudo ser. Empecé no de cero, sino de menos uno, como usted dice. Y fue muy duro quedarme aquí sabiendo que no tendría minutos, pero salí adelante con humildad y con el apoyo de los compañeros. Ése es el secreto.
-¿Le fastidió tenerse que quedar en el Betis de ese modo?
-No me molestó quedarme en el Betis. Estoy superfeliz aquí, pero tenía que mirar por mi futuro y buscar una salida para tener opciones de jugar. Y no me quedó otra que tener confianza en mí y pelear aquí.
-Difícil afrontar esa situación…
-Por supuesto, pero hay otras formas de ser importante en el equipo. Yo siempre trato de estar de buen humor y crear un buen ambiente. El nuestro es un vestuario joven, yo ya llevo unos años y sé cómo funciona. He tratado de ayudar a la gente a integrarse. Me tocaba aportar otro tipo de cosas. Yo acepté mi rol, cada futbolista tiene un rol en el equipo en un momento determinado y cuanto antes lo acepte, mejor para él y para el equipo. Hay que ser humilde en ese sentido. Ahora me siento con el respaldo del entrenador.
-¿Y eso cómo se consigue?
-Para eso hay que trabajar duro y no dejarse nada en los entrenamientos, porque ahí es donde te ganas el respeto de los compañeros y del entrenador.
-Dar tranquilidad al equipo es importante para un portero, pero también que la grada lo sienta así y, en su caso, quizá por no ser un guardameta alto…
-Soy canterano y siempre nos cuesta un poco más que la gente confíe en nosotros, pero el tiempo pone a cada uno en su sitio. Yo me siento querido por la gente del Betis y trato de devolver ese cariño.
-¿Se siente más identificado con porteros del estilo de Buyo o Ablanedo que con los de hoy en día, normalmente de más talla física?
-No es que me sienta más identificado, sino que soy así y creo que a la larga los porteros ágiles, rápidos y que siguen el juego concentrados salvan muchos partidos.
-Cambiemos de tercio. ¿Arriesgó mucho viniendo al Betis, a un filial que estaba en Tercera?
-Tenía una oferta del Albacete para renovar allí, subir al primer equipo y jugar en Segunda A, pero el Betis tenía necesidad de ascender a Segunda B y me hizo una oferta para que me fuera rodando y poder tener una oportunidad en el primer equipo. Lo vi como la forma más rápida de llegar a Primera División, como un trampolín para mí.
-Debutó de la mano de Chaparro y convenció.
-Debuté en Elche en la Copa y luego en casa frente al Almería. A los 3 minutos nos pitaron un penalti en contra y Negredo me metió un gol. Pero fui soltando los nervios y acabamos ganando. Recuerdo mucho aquella etapa, ya que cogí mucha experiencia. También me han servido mucho los momentos duros.
-¿Cómo cuáles?
-A la siguiente temporada, cuando el equipo estaba siempre al borde del descenso y yo fallé varias veces. La exigencia en el Betis es muy grande y cuando bajas el nivel y no das la talla, siempre hay otro compañero preparado.
-Es raro que un futbolista asuma errores…
-Está claro que hay que reconocer los errores y aprender de ellos. Eso te curte y ganas experiencia. En la portería hay que transmitir tranquilidad…
-…Y valentía. ¿Se considera un portero valiente?
-Sí. Antes quizá era un poco temerario, porque quería hacer más de lo que tenía que hacer. Pero me llevé algún susto y he aprendido de ello. Ahora mido más.
-De todos modos, ante la duda…
-Prefiero salir.
-Ha convivido con Contreras, Doblas, Ricardo y Goitia. ¿Qué aprendió de ellos?
-Todos te aportan cosas y la mayoría tenía más experiencia que yo. Son guardametas de mucho nivel y he trabajado mucho con ellos. Pero también he aprendido mucho de Esnaola, es un gran entrenador y, además, me ha ayudado también a encajar los momentos difíciles.
-¿Es capaz de ponerse ahora en el lugar de Goitia?
-Sí. Iñaki es un buen compañero. Él trabaja para volver a jugar y yo aprieto y no cedo. Ésa es la competencia que debe haber y de la que se beneficia el Betis.
-Me cuenta Carmelo del Pozo que observa a los demás guardametas y a los delanteros rivales, que le gusta mucho el fútbol.
-Intento ver lo que puedo. Carmelo me apoyó bastante y me ayudó a adaptarme al Betis. Y también fue crítico conmigo cuando tuvo que serlo.
-¿Tiene alma de entrenador?
-Me gusta mucho el fútbol, pero no sé si tengo la mano izquierda para ser entrenador.
-Puede ser verdad, se nota que es vehemente en sus apreciaciones.
-El portero es el encargado de avisar a los compañeros y hay que avisar de la forma oportuna. A veces las pulsaciones no te dejan hacerlo de forma tranquila.
-¿Y con qué entrenador se ha sentido más a gusto?
-No sé si más a gusto, porque en el Betis todos han sido grandes profesionales. Pero con algunos me he sentido más identificado con su política, con su forma de entrenar y de hacer jugar al equipo, por ejemplo con Víctor Fernández, Chaparro y Pepe Mel.
-¿Ascenderá el Betis con Mel?
-Estoy convencido de que sí. Y que sea directo, porque la promoción no la quiere nadie y, además, la jugaríamos contra otro equipo con menos presión que nosotros.
-Es que este año la presión en el Betis parece extrema…
-Tenemos una presión personal por lo que puede pasar con el club si no ascendemos, pero la gente está fenomenal con el equipo y notamos su cariño. Aunque aquí todos los años ha habido mucha presión, en Primera División también. Por lo menos, ahora terminamos los partidos y solemos ganar. Llegas a casa y piensas en la presión y te da vértigo, pero la sensación de ganar no la había tenido en el Betis desde que llegué. Me han tocado vivir los años más complicados.
vía Diario de Sevilla – «Soy valiente, antes era algo temerario y aprendí».

Noticia por Fran Vega
Bético de nacimiento, fascinado en captar instantes en verdiblanco e interesado en todo lo que rodea al equipo de las trece barras
Casto me parece un portero de primera. Espero que siga muchísisimos años más en nuestro Betis ya que, nos hará mucha falta.
Fanº 1 de Casto