«Un derbi, un hombre, dos faltas y un destino», por Luis J. Torres
El Betis volvió al estadio del eterno rival con nada que perder y con orgullo bético que ganar. El resultado del último encuentro entre Sevilla y Betis se saldó con un 1 a 2 favorable a los verdiblancos, con goles de Sergio García y Oliveira. Pero meses después, esos tres puntos no sirvieron de mucho, pues el Betis se marcharía a la Segunda División del fútbol español.
El derbi se disputó con un dominio bético a los puntos, pues bien, si la pelota y la posesión la tenía el Sevilla, era el Betis el que cuando agarraba el esférico le daba sentido a las jugadas de ataque. Entre tanto, su eterno rival, trasladaba el balón de un lado para otro sin sentido y con miedo de que Rubén o Pozuelo la tuvieran. Y las tuvieron pero no acertaron.
Pero llegó el momento del hombre, Beñat. Primera falta. El bilbaíno se acerca a la pelota y la coloca con suavidad sobre el verde, cerca de la frontal. Minuto 41 de partido, tu equipo pierde 1 a 0 frente al equipo vecino de la ciudad, el que aspiraba a Champions. En Nervión se hace el silencio, la gente se acuerda del partido de la primera vuelta. El hombre, Beñat, se dispone a golpear el balón. Pide distancia, se coloca la barrera. Y golpea con fuerza…el cuero toca la madera por la parte interior y se cuela en la portería del cancerbero comercial. Llega el empate al luminoso.
El tiempo va pasando y el hombre, Beñat, empieza a descansar para el colofón final, ensayado según él. Cuando el encuentro estaba en las postrimerías y el césped agarraba las piernas como si fueran arenas movedizas; llegó de nuevo el momento del hombre. Segunda falta. Beñat vuelve a pedir distancia. La gente no quiere mirar. Esta vez el silencio es asustadizo, los fantasmas vuelven a aparecer una hora más tarde por el mismo lugar. Esta vez, con un golpe sutil, hace que la pelota bese el madero de nuevo y llegue la alegría de millones de personas.
El derbi era verdiblanco. La solución sólo está en manos de muy pocos, no todos son capaces de realizar elementos y esculturas como la del hombre.
El destino, puede que quede por tierras vascas, pero para ello la cantidad de plata soltada en la central, deberá ser la estipulada, en caso de no ser así, el hombre, seguirá en derbis, marcando faltas, ganando partidos y haciendo disfrutar a los béticos. ¿Destino? En verdiblanco.
Tw:@Luije17

Noticia por Luis J. Torres
Periodista sevillano y bético, dedicado a la información deportiva del Real Betis Balompié.