Video – Que la historia no se repita
Iñigo Martinez, este nombre pasaría desapercibido por el aficionado en general, pero dos circunstancias puntuales hacen que éste nombre haya dejado el anonimato futbolístico para ser uno de los defensas mas prometedores del fútbol nacional, llegando a realizar su debut con la selección nacional sub-21.
Estas dos circunstancias puntuales son dos goles estratosféricos, de aquellos que quedan en la retina del buen aficionado, dos goles de francotirador, de larga, muy larga distancia.
Se dieron en la temporada pasada: el primero de ellos en el derbi vasco, en Anoeta y frente a su máximo rival, Iñigo vio adelantado al cancerbero vizcaíno Gorka Iraizoz, y cual francotirador apostado en el punto más lejano de su objetivo. Levantó la cabeza, apuntó y disparó y tras recorrer 54 metros anotó un gol que no sirvió para dar la victoria al equipo donostiarra, pero si para que los ojos del elenco futbolístico nacional se fijase en este joven y prometedor defensor.
Y tras unas semanas después, sirviendo como prolegómeno del partido sito en el Benito Villamarín de éste sábado, la Real Sociedad jugaba contra el Real Betis Balompié. Un partido complicado en el que el equipo vasco se puso con un cómodo 0-2 y donde el Real Betis, en un alarde de coraje, buen fútbol y un sinfín de ocasiones consiguió empatar el encuentro en los últimos 5 minutos del partido, dándose por bueno el 2-2 que el marcador indicaba en el minuto 90. Pero como dice el refranero popular “hasta el rabo todo es toro” nuestro protagonista del día, apareció por el Villamarín en el minuto 91, avanzó con el balón por la banda izquierda, vio a Casto adelantado y emulando lo ya realizado en el derbi vasco, cogió su fusil (pierna izquierda) y desde el centro del campo, levantó la cabeza, apunto y disparó.
El francotirador volvió a aparecer, esta vez por Sevilla y tras recorrer 55 metros del cielo sevillano, el balón superó a Casto, y tras golpear en el larguero entró en la portería y el Villamarín enmudeció viendo incrédulo como en el descuento se esfumaban tres puntos de una tacada. De un empate sufrido a una derrota dolorosa, una dolor producido por el francotirador vasco, aquel que desde los 55 metros le dio tres puntos a su equipo.
Esperemos que éste jugador no tenga las ganas de sacar a paseo su fusil de nuevo, que ya sabemos cómo se las gasta el bueno de Iñigo Martínez. Y si lo intenta, esperemos que tenga el punto de mira desviado y que el guardameta bético esté acertado, para evitar el mismo final.
Que no se vuelva a repetir ésta historia.

Noticia por Fran Vega
Bético de nacimiento, fascinado en captar instantes en verdiblanco e interesado en todo lo que rodea al equipo de las trece barras