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Chelsea a toda Costa

Diego Costa en la celebración tras un comienzo de temporada fulgurante Foto: aitonline.tv
Diego Costa en la celebración tras un comienzo de temporada fulgurante
Foto: aitonline.tv

Cuando se inició el campeonato liguero en las Islas, en este blog ya hablamos acerca de que, sobre el papel, el equipo de José Mourinho tenía, de lejos, la plantilla más trabajada, sólida y mejor reforzada entre los candidatos de cada año a asaltar el trono de la Barclay’s Premier League, entre los que estaban el renovado United de los Van Gaal, Di María o Blind; su multimillonario vecino del Etihad, con fichajes de menor relumbrón que en años anteriores (aprovecho para abrir la incógnita de si al proyecto citizen le queda mucho o no); el sorprendente Liverpool, subcampeón de la edición pasada; y un Arsenal que comenzó la 2013-2014 muy bien para, a mediados de campeonato, desinflarse. Apuntamos que los blues se movieron bien en el mercado, sacando a Fàbregas del club de su vida y a Diego Costa y Filipe Luis del equipo subcampeón de la Champions League, cesión cumplida de Courtois aparte.

Con un 4-2-3-1 bien definido, Azpilicueta fijo como un lateral ambivalente, Mátic como la poderosa ancla que demostró ser en su anterior etapa en el Benfica, Cesc en su salsa, la tripleta Willian-Oscar-Hazard (mención especial al sacrificio defensivo que está adoptando el belga) como balas por los tres carriles, se veía venir desde el primer momento que Diego Costa iba a hacer de la guerra que Mou entiende por el fútbol su modo de vida, y es que el hispanobrasileño está destrozando registros a un ritmo de vértigo hasta el punto de que ha logrado 8 tantos en sus 6 primeros partidos, un comienzo que no conoce precedente alguno. A diferencia de sus equipos anteriores y de su primera etapa en el equipo del carísimo barrio de Londres, el entrenador portugués ya no juega encerrado sea quien sea el rival, sino que ha evolucionado, ha hecho de sus famosos contragolpes un recurso más, en vez del modus operandi del conjunto. Este Chelsea juega bien, juega bonito, combina al primer toque y defiende de manera férrea cuando es necesario, como ya demostraron rascando el empate contra el City de Pellegrini, Cesc lee los tiempos de cada partido y descifra adecuadamente cada fase en los 90 minutos. El problema de Mou durante el curso pasado no fue perder con los grandes, de hecho no perdió ninguno, sino perder o empatar algunos partidos contra equipos pequeños o ganarles por la minima, tendencia que este año, parece, está cambiando.

De todos modos, el año es largo, y no todo es bueno en Stamford Bridge en cuanto a plantilla, pues no hay recambios de suma garantía para unas posibles (y probables) lesiones de Costa o Cesc. Drogba vino a jugar minutos de la basura a pesar de su inmenso talento y tampoco hay un tercer 9 puro; Ramires es más del perfil de Matic en el mediocampo y, de hecho, no hay nadie del corte de Cesc en plantilla, así que parece que, a pesar de que en el campeonato doméstico parece, aun en septiembre, cosa hecha, en Europa su éxito dependerá en gran medida de que se conserve en un estado óptimo de forma la dupla española.

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