Ganó la liebre, la liga es para el PSG
La victoria del PSG en terreno de Montpellier este fin de semana, a la que además se le sumó el ya irrelevante tropiezo del Olympique de Lyon en Gerland ante el Bordeaux, ha dado el título de liga a los parisinos por tercer año consecutivo. Un título de liga conseguido con una aplastante superioridad, como quien corre en moto ante bicicletas.
Alguno pensará que es injusto esta comparación, cuando hasta la penúltima jornada no se ha decidido la liga, pero lo cierto es que después de seguir Ligue 1 durante todo el año, la historia me ha recordado a una de las fábulas que más que gustaban de pequeño, la liebre y la tortuga, solo que esta vez la liebre iba montada en un Ferrari.
La conocida fábula trataba de una carrera, una competición, como Ligue 1. La liebre y la tortuga competían, siendo obviamente mucho más rápida la primera que la segunda. Tan superior era, que se confió en exceso, e incluso se permitió echarse una siesta en mitad de la carrera convencida de que ni así la tortuga sería capaz de adelantarla. Cuando despertó, se dio cuenta de que había dormido más de la cuenta y la tortuga acabó ganando la competición para sorpresa de todos.
En Ligue 1, la liebre es el PSG, repleto de jugadores de clase A como Ibrahimovic, Verratti, Matuidi, Thiago Silva y tantos otros. No quiere decir que no haya otros jugadores TOP en sus competidores como Lacazette, Payet o Moutinho, pero en proporción, ningún equipo llega a lo que tiene este PSG. La competición ha transcurrido igualada, comenzó muy fuerte el O. Marsella de Bielsa que poco a poco se fue desinflando con tropiezos inesperados, Saint-Étienne y Bordeaux tuvieron unas rachas muy buenas y aunque han realizado un campeonato bastante regular no han podido luchar por los primeros puestos y Mónaco empezó con un juego muy plano, notando en exceso alguna baja veraniega como la de James Rodríguez pero acabando la temporada como un tiro, tanto en juego como en resultados, haciendo además un buen papel en Champions League.
No obstante, el único que fue capaz de aguantar la carrera finalmente fue el O. Lyon. Marcando la diferencia con la dupla Lacazette-Fekir (40 goles entre los dos solo el liga), ha aguantado hasta el final, pero acabó sucumbiendo al potencial de los de Blanc. El parecido con la conocida fábula infantil es que el PSG realmente es más superior de lo que parece, aunque durante el año ha dado la sensación de dormirse en más de una ocasión.
Así de memoria podemos citar el partido ante el Caen, que tras ir 2-0 ganando en la primera parte, los parisinos se dejaron empatar en los últimos minutos. O el encuentro ante el Bastia, que a los 20′ ya había encarrilado 0-2 y se dejó remontar finalmente hasta perder 4-2. Ante Lyon o Mónaco también se dejó empatar un partido ganado en los últimos minutos aunque sin duda, el germen de esa relajación fue la participación en Champions League. La eliminación de la máxima competición continental fue el punto de inflexión para ganar la liga. Desde que el FC Barcelona dejó la eliminatoria de Champions lista para sentencia, el PSG, ya centrado solo en la liga, se ha mostrado intratable con la mayor racha de victorias de la temporada, algunas de ellas con goleadas escandalosas (28 goles en 8 partidos), haciendo ver que su potencial es superior a los demás y cerrando definitivamente el título.
Sus rivales no han sido capaces de seguir el ritmo y la Ligue 1 es de nuevo para el PSG. Han tenido de echarse una siesta, pero esta liebre no tiene rival en el país galo. Quizás el año que viene.
