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Los blancos son imparables

    Después del éxito que habían cosechado tanto FC Barcelona como Atlético de Madrid en sus respectivas eliminatorias, en el día de ayer no podía fallar en su cita de Champions el Real Madrid. Se enfrentaba en el Veltins-Arena (estadio catalogado 6 estrellas por la UEFA) al rival más asequible de los asignados a los españoles: el Schalke 04. Es de conocimiento público que en competición europea podemos ver una cara más potente de los diferentes equipos que la disputan, ya que se impone la motivación y la emoción que supone enfrentarse a conjuntos de renombre mundial. Pero ayer no se dio ese caso, un 1-6 que supo a poco dejaba sentenciada la eliminatoria, provocando que el partido de vuelta se convierta en un mero trámite.

    Cierto es que el Schalke de Jens Keller está colocado cuarto a tan sólo dos puntos del segundo puesto de la Bundesliga, pero el nivel ofrecido en la fase de grupos no invitaba al optimismo frente a un Real Madrid en racha. Las dos derrotas contundentes (0-3 y 3-0) contra el Chelsea dejaban constancia de que el nivel real del equipo se sitúa un paso por detrás de los grandes líderes europeos. Por otro lado, Carlo Ancelotti llegaba a Gelsenkirchen con la confianza de poder alinear en punta a su tridente favorito: Ronaldo, Benzema y Bale. Tridente que por sí solo sacó a relucir la fragilidad defensiva del conjunto alemán.

Benzema, Bale y Ronaldo celebrando un gol (Foto: es.uefa.com)
Benzema, Bale y Ronaldo celebrando un gol (Foto: es.uefa.com)

    Comenzó el partido con un Schalke valiente, intentando acercarse al arco defendido por Casillas, pero pronto se pudo ver que la combinación arriba, con Bale como protagonista, iba a ser imposible de parar. De esa manera llegó el primer gol pasados los diez minutos de encuentro: un lento Kolašinac no puede parar la velocidad del galés por la banda derecha (la tónica desde ese momento) que asociándose con Ronaldo logran que Benzema materialice el primero de los blancos. El conjunto local intentó darle la vuelta al marcador pero se encontraron con un pletórico Casillas, que bajo la línea de gol salvó un remate a bocajarro de la gran promesa del equipo: Julian Draxler. Los ataques alemanes llegaron durante todo el encuentro por la banda de Carvajal, que demostró una vez más que necesita mejorar su faceta defensiva, pero se vieron nublados completamente por la explosividad de los tres de arriba. Con el segundo gol empezaba el monólogo madridista, a los que el 0-2 al descanso se les antojaba corto después de las innumerables ocasiones falladas ante el marco de Fährmann.

Huntelaar, protagonista del único gol alemán. (Foto: p1.trrsf.com)
Huntelaar, protagonista del único gol alemán. (Foto: p1.trrsf.com)

    La segunda mitad fue toda una exhibición de potencial ofensivo blanco. Llegaron goles de Ronaldo, por partida doble, y dos más de Bale y Benzema, colocándoles con un doblete a los tres. Se podía ver jugada tras jugada como la pareja de centrales del Schalke, Matip y Santana, era incapaz de hacer frente a tanto despliegue de velocidad y técnica. Poco se puede decir del juego de Modric o de Xabi Alonso en el centro del campo, ya que el espectador solo tuvo ojos para los goleadores del día de ayer. Únicamente Huntelaar, sacándose de la chistera una maravillosa volea, pudo evitar el set a cero. Sin duda uno de los goles más bonitos y menos significativos de toda la jornada europea.

  El 18 de Marzo veremos una intrascendente vuelta en el Santiago Bernabéu, dónde el Schalke 04 tiene la oportunidad de limpiar la imagen dada en casa. El Real Madrid, mientras tanto, ya puede decir que es, salvo milagro, equipo de cuartos y, en la capital, ya se empieza a respirar el olor de las grandes citas. 

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