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La esperanza se desvanece

El Granada derrota a derrota se ha ganado un merecido puesto de descenso que salvo milagro lo condenará a la Categoría de Plata.

Se ha caído. Matemáticamente aún no es equipo de Segunda División, pero el panorama pinta mal, muy mal. Caparrós entregó a su sucesor, Abel, una plantilla sin identidad, perdida, alicaída, derrumbada. Y se la entregó en la última jornada de la primera vuelta. Por aquel entonces ocupaba el farolillo rojo, con catorce puntos y a dos de la salvación, tras conseguir solo dos triunfos. Ahora ocupa la penúltima plaza y a cuatro de la salvación.

Tras la destitución de Caparrós, visitaron los nazaríes el Vicente Calderón. No se esperaba puntuar pero sí cambiar la imagen. En cierta medida se consiguió. Los entrenados aquel partido por Joseba Aguado (técnico del filial) cayeron por 2-0 pero regresaban a Granada con parte de la moral recuperada.

Imagen vía: ideal.es
Imagen vía: ideal.es

Tras el corto periplo de Aguado, llegaba Abel para enmendar la desidia dejada por el utrerano, con una vuelta entera y con el mercado abierto para reforzar la plantilla. Un cambio que debía ser inminente con un panorama poco halagüeño, y que nunca se produjo.

Con Abel cambió la imagen del equipo. Empató en Riazor después de ir ganando y venció al Elche en Los Cármenes, 16 jornadas después de vencer en San Mamés. 5 jornadas después vencería al Málaga, también en casa, en la que sería la última victoria de los granadinos hasta la fecha.

Imagen vía: ahoragranada.com
Imagen vía: ahoragranada.com

Lo peor en esta era del toledano llegó hace tres jornadas en el Bernabéu, donde hizo el mayor ridículo de la campaña tras caer 9-1. Un auténtico esperpento que acabó con la moral del más esperanzado en conseguir la permanencia. En casa empataría con el Celta en el descuento después de aguantar con un hombre menos buena parte del encuentro. Poco a poco ese halo de esperanza se empezaba a tornar a sufrimiento. Sufrimiento colmatado el pasado sábado en los Juegos Mediterráneos donde volvió a firmar una pésima noche tras caer 3-0.

Hasta aquí puede leerse. 31 jornadas, 24 puntos, equipo menos goleador y segundo más goleado. Como consecuencia décimonoveno en la tabla a cuatro de la salvación. Mínimo necesitará catorce puntos en los siete envites restantes. Segunda espera y el trabajo hecho invita a pensar que el año que viene tendrá un puesto en la Categoría de Plata. Aunque quien sabe, el fútbol es muy caprichoso y a veces ofrece situaciones que ni los más propios esperan. Soñar es gratis pero la esperanza se desvanece.

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